El sindicato CGT lidera el control a los profesores que desafían al independentismo
CGT y, en primera persona, su secretario general Ermengol Gassiot, comandan el control a los profesores que desafían al nacionalismo catalán. CGT se ha convertido en uno de los sindicatos más activos en el control de los disidentes frente al separatismo imperante. Su militancia en favor del golpe de estado y su capacidad de control de los profesores a pie de tarima se ha convertido en clave para mantener una estructura en la que no sólo se adoctrina a los niños. También los profesores viven bajo la atenta mirada de unos supuestos compañeros que garantiza que los profesores no separatistas prefieran adoptar las consignas impuestas en el control educativo por la Generalitat.
Ermengol Gassiot es delegado sindical y secretario general de la CGT. Y está acusado por la Fiscalía por algunos de los actos realizados entre mayo de 2012 y mayo de 2013 como la ocupación del rectorado de la Universidad Autónoma de Barcelona.
En las movilizaciones en defensa de Gassiot frente a estas acusaciones -que llevaron a dictar una orden de busca y captura contra Gassiot- se han destacado otros miembros de CGT. Entre ellos Sonia Sánchez, profesora de psicología y delegada de la CGT-UAB, Mireia Bazaga, abogada y secretaria jurídica de la CGT, y Tomás Ibáñez, ex-vicerrector de la UAB, catedrático de universidad jubilado y también miembro de CGT. Todo un alarde de protagonismo de CGT que responde a la labor que desarrolla, sobre todo en el entorno universitario, la CGT.
CGT ha dejado clara su vocación a lo largo del golpe de Estado. Y se ha puesto en primera línea de defensa del Govern separatista, tal y como hizo en la huelga de estudiantes y movilizaciones de los días 25, 26 y 27 de octubre. Con motivo de esas movilizaciones, el sindicato de Gassiot emitió un comunicado en el que afirmaba que debían actuar “contra la represión política ejercida por el Gobierno español y la amenaza de aplicar el artículo 155 que supone la intervención de las instituciones catalanas”.
En ese comunicado, la propia CGT remarcaba su defensa del “anarcosindicalismo” y subrayaba “nuestra preocupación por la represión creciente del Estado español y que una intervención completamente abusiva y desproporcionada de los servicios públicos por parte del Gobierno central puede laminar aún más la escasa autonomía existente en ellos”.
Sin justificación para utilizar fondos públicos
Hay que recordar que la labor por la que se subvenciona a cualquier sindicato se circunscribe a la estrictamente social y laboral. Es decir, que el resto de actividad salta al campo de los partidos políticos y, por lo tanto, carece de justificación la utilización de fondos públicos con esos objetivos.
En esos comunicados, CGT no ocultaba su atención “especialmente a la educación”, un área donde han expandido su control de forma evidente.Miembros de las asociaciones civiles constitucionalistas, como Socied ad Civil, no ocultan “la existencia de una red de control con delaciones de los profesores que no mantienen el adoctrinamiento separatista. Evidentemente no lo hacen en nombre de CGT, pero la abundancia de miembros de este sindicato es llamativa”.
Además de CGT, la red sindical de acoso a los constitucionalistas se extiende al Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (SEPC). Se trata de otra de las organizaciones que ejerce este control y que ha protagonizado ocupaciones de universidades con este fin. La rama estudiantil de Sociedad Civil Catalana ha denunciado ya esta presión y ha acusado al SEPC de protagonizar «una actuación violenta y coaccionadora» en el campus. Una acción que «atenta contra los derechos de terceros y que busca provocar graves desórdenes, intimidar y coaccionar a los trabajadores y los estudiantes». Sociedad Civil ha reclamado en varias ocasiones «la expulsión de los grupos antidemocráticos que no cumplen con las normativas”.
Todo este entramado conecta, además, con otro miembro de CGT: el portavoz de los profesores que acosan a hijos de guardias civiles: Del Alcázar.
Los nueve profesores denunciados ya por la Fiscalía por su acoso a niños cuentan con un portavoz que, casualmente, es el delegado sindical de la CGT en la escuela, Josep Lluís del Alcázar. Del Alcázar es a su vez parte del grupo radical antisistema Lliuta Internacionalista, afín a la CUP y coordinado habitualmente en sus acciones con los radicales de la fugada Anna Gabriel. Esta formación reconoce en sus propios documentos que cuenta con el respaldo de Bildu y el SAT en su estrategia antisistema.
Tal y como muestran los documentos en poder de OKDIARIO, es la propia formación radical la que reconoce estar en acciones coordinadas con “el SAT y Bildu” para “desplegar una campaña de solidaridad por el derecho de autodeterminación y contra la represión. El SAT o Bildu ya se han mostrado dispuestos”. En esos planes se encuentra el control de las escuelas.
Del Alcázar, igualmente, ha participado en multitud de actos de fuerte contenido radical -como ha adelantado ya OKDIARIO- donde se ha defendido abiertamente la necesidad de “construir una escuela republicana” y donde se ha planteado el modelo educativo de los niños como un mecanismo de lucha contra el 155.
Uno de los documentos más relevantes de las acciones del colectivo en el que se engloba Del Alcázar fue emitido en junio de 2017. En ese comunicado, Lliuta Internacionalista señalaba abiertamente que “necesitamos responder con la movilización como respuesta a las provocaciones y a la creciente represión del Estado”. Y advertían allí de que “si se llega a detenciones, suspensión de instituciones o la imposición por la fuerza, hay que reclamar la convocatoria de la huelga general”.
Lliuta Internacionalista ha estado igualmente en algunos de los encuentros clave de todos los radicales nacionales e internacionales —incluido todo el entorno batasuno— a lo largo de 2017 para coordinar la respuesta antisistema al poder del Estado y a la Constitución. Así lo refleja, de hecho, uno de los sistemas de coordinación que mantienen estos colectivos y que está ya bajo investigación de la Guardia Civil: withcatalonia.org.
Entre esas relaciones, destaca una especialmente, la que desembocó en el encuentro del pasado 16 y 17 de diciembre en Barcelona bajo el lema ‘Construyamos república. Encuentro popular de solidaridad con Catalunya’. Para esa cita se coordinaron 122 grupos nacionales e internacionales y otros 14 dieron apoyo. Entre ellos, figuraba toda una larga lista de grupos de extrema izquierda y grupos radicales vascos. Así, entre los asistentes se encontraron miembros de Sortu, Askapena, Alternatiba (Euskal Herria), Altsasu Gurasoak o EH Bildu, procedentes del País Vasco. Y, por supuesto, Lliuta Internacionalista.
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