Los separatistas reventaron la mesa del “relator” al exigir la libertad para los golpistas

Quim Torra
El presidente de la Generalitat, Quim Torra (d) y la consellera de la Presidencia y portavoz del Govern, Elsa Artadi (i) (Foto: Efe)
Carlos Cuesta

El Gobierno ha vendido una versión parcial: que los separatistas no han aceptado la mesa de negociación con su polémico “relator” como mediador. Pero no ha mencionado la exigencia que ha reventado la mesa. Y es que la condición que puso por delante el conjunto de partidos separatistas y en concreto Quim Torra fue la de que hubiese garantías de trato privilegiado y excarcelación para los presos golpistas del 1-O.

Los separatistas no ocultan el nombre. Y han solicitado abiertamente un indulto. Pero el Gobierno es consciente de que un indulto los aniquilaría electoralmente. Por ello, los separatistas quieren garantías de que el trato penitenciario será privilegiado, durante el tiempo en el que tengan que permanecer en prisión y, sobre todo, para no permanecer en prisión. Porque lo que piden es la regulación de cualquier tipo de truco legal para que antes que después los impulsores del golpe separatista salgan de prisión.

Torra sabe que este Ejecutivo puede tener una vida corta -las encuestas marcan un avance claro del centro derecha-. Y eso significa que las posibilidades para exigir intromisiones en la Justicia o rebajas de facto en el cumplimiento de las penas no serán muchas. Y una de ellas es la negociación de los Presupuestos de Sánchez.

Por ello, Torra ha exigido garantías de excarcelación para los golpistas: inmediatas o a corto plazo. Pero, en el fondo, privilegios para que las penas de los separatistas no se cumplan, al menos, en su totalidad. Y Torra sabe que la cesión debe ser firme porque en caso contrario, tras el cambio de Gobierno, no tendrá manera de llevarla a la práctica.

Indulto

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha trasladado ya de hecho a su equipo que se plantea abrir las cárceles y excarcelar a los presos separatistas si, tras la condena, existe una petición oficial del Parlament. Torra, de hecho, ha dicho públicamente que no acatará una sentencia con penas de cárcel para Puigdemont y los ex consejeros.

El líder del PSC, Miquel Iceta, fue uno de los primeros en hablar abiertamente del indulto a los golpistas del 1-O. La idea procedía de los partidos separatistas pero fue recogida por el Gobierno de Pedro Sánchez y se ha hablado incluso en los encuentros mantenidos entre el presidente del Gobierno y el responsable autonómico de Cataluña, Quim Torra. Se trataba de la principal opción de los golpistas para librarse de la prisión a la que con toda probabilidad van a ser condenados por el golpe de Estado perpetrado por medio del referéndum ilegal del 1-O.

Pero impulsar ese indulto sin el respaldo del tribunal encargado del caso y de la Fiscalía sería una locura electoral porque el protagonismo negativo del Gobierno sería absoluto. Y ni el Tribunal Supremo ni los fiscales del caso están dispuestos a avalar semejante indulto.

Por eso se ha desmontado -en apariencia- la mesa de negociación. Porque ambas partes quieren reunirse con una solución una mesa. Una solución que, según los separatistas, pasa sólo por tener la certeza de que sus golpistas no cumplen la prisión como cualquier otro delincuente.

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