España
Crisis del coronavirus

Seis comunidades del PSOE confinaron barrios y pueblos antes que Ayuso sin ninguna protesta

La oposición busca incendiar la calle en Madrid por las medidas de restricción de la movilidad que ha aplicado el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. Unas medidas que son un espejo de las que se han tomado en las últimas semanas en otras seis regiones gobernadas por el PSOE en donde, sin embargo, no hubo protesta alguna.

El pasado viernes, dos horas después de que Madrid anunciase las restricciones de movilidad en 37 áreas de la región para frenar el coronavirus, el Gobierno regional de Isabel Díaz Ayuso se enfrentó a su primera manifestación en la Puerta del Sol. Una convocatoria que ya circulaba horas antes de conocerse en qué consistiría el plan y en qué áreas se aplicaría.

Nada de eso ocurrió en otras comunidades autónomas gobernadas por el PSOE donde sus dirigentes tuvieron que tomar medidas semejantes para frenar la pandemia. No se registró ni una sola protesta por parte de la oposición ni de asociaciones vecinales.

Aragón

La situación epidemiológica en Aragón comenzó a deteriorarse gravemente a finales del pasado mes de julio. El presidente regional, el socialista Javier Lambán, decretó una ‘fase 2’ con restricciones como no poder salir de la provincia. Quedaron afectadas zonas como el Bajo Aragón, Bajo Cinta y las ciudades de Zaragoza y de Huesca.

El pasado 10 de septiembre, el Gobierno de Aragón decretaba el confinamiento de los municipios de Andorra (Teruel) y Egea de los Caballeros (Zaragoza). No hubo ni una sola protesta.

Islas Baleares

El pasado 1 de septiembre, el Gobierno de la socialista Francina Armengol decretó medidas restrictivas para la movilidad en cuatro barrios de Palma de Mallorca: Soledad Norte, Can Capes, Son Canals y Son Gotleu. En total, 20.000 vecinos. También resultaron afectadas varias zonas de Ibiza, como el Eixample y San Antonio Abad. No ha habido protestas.

Castilla-La Mancha

A principios de septiembre, el Gobierno que preside Emiliano García-Page decretó la prohibición de salir del municipio a los vecinos de Bolaños de Calatrava (Ciudad Real) y Villalamea (Albacete). Lo hizo apenas unos días después de que el presidente socialista calificase a Madrid de «bomba vírica radiactiva» y culpase a la región presidida por Isabel Díaz Ayuso de ser el responsable de la oleada de contagios. No se ha enfrentado a ninguna protesta por aplicar estas restricciones.

Extremadura

A finales de agosto, con varios rebrotes activos y el número de casos aumentando de forma exponencial día a día, el Gobierno extremeño del socialista Guillermo Fernández-Vara decidió decretar el confinamiento de las localidades de Alcántara (Cáceres) y Villarta de los Montes (Badajoz). No hubo respuesta en las calles frente a la medida, señalada como necesario por los epidemiólogos de la región.

Comunidad Valenciana

En la Comunidad Valenciana  también se ha tomado la decisión de confinar una localidad de la provincia de Valencia: los vecinos de Benigànim no pudieron entrar y salir libremente del municipio entre el 1 y el 14 de septiembre. La decisión tomada por el Gobierno del socialista Ximo Puig no estuvo acompañada de protesta alguna.

La Rioja

En La Rioja, el municipio de Alfaro quedó cerrado a cal y canto el pasado 28 de agosto por decisión del Gobierno socialista de la presidenta regional Concepción Andreu. Un confinamiento que se levantó una semana después y al que acompañó un paquete de duras medidas sobre la limitación de personas en reuniones públicas o privadas y restricciones al comercio y la hostelería. No hubo manifestación ni protesta alguna.

Otras zonas

En otras comunidades se han tomado medidas similares a las que ahora ha tenido que tomar Madrid. Sin embargo, las protestas brillan por su ausencia. En Cantabria, el Gobierno de Miguel Ángel Revilla confinó el barrio de La Inmobiliaria (Torrelavega), una zona de rentas bajas donde se limitó la movilidad a 7.000 personas. Navarra, con 558 casos por cada 100.000 habitantes, el doble que la media nacional, no ha llegado a tomar ninguna medida drástica como las de Madrid. Tampoco nadie se lo ha exigido a su presidenta, la socialista María Chivite.

En cambio, la situación en Madrid es paradigmática. La izquierda ha enarbolado la bandera de la lucha de clases para tratar de tumbar los criterios epidemiológicos que están tras la distribución geográfica de las medidas restrictivas.

El Gobierno regional que preside Isabel Díaz Ayuso ya se ha enfrentado a varias manifestaciones antes de la entrada en vigor de las restricciones. De hecho, la primera de esas protestas se convocó horas antes de conocerse cuáles serán las zonas afectadas.