Sánchez desconcierta al PSOE con su mano tendida a las ‘fuerzas del cambio’

• Luz Sela
• Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.
• • 04/09/2016 00:10
  • Actualizado: 02/11/2016 16:49

Como un déjà vu, Pedro Sánchez ha resucitado en los últimos días la idea de una alternativa a Mariano Rajoy, la del pacto con las “fuerzas del cambio”, que él mismo transitó en su propia investidura fallida. 

El secretario general del PSOE lanzó la propuesta el viernes, antes de la votación frustrada del candidato del PP, y la confirmó este sábado, en un acto preelectoral en Galicia. El líder socialista prometió a los suyos que trabajará «sin descanso» para explorar con Podemos y Ciudadanos una solución  que evite un Gobierno de Mariano Rajoy. 

«Os dimos nuestra palabra de que no íbamos a permitir que fuese presidente del Gobierno y hemos cumplido”, exclamó en una romería con militantes en el área recreativa de Penateixa, en el núcleo de Sigüeiro (La Coruña), adonde se desplazó para dar su apoyo al candidato a las elecciones gallegas,  Xoaquín Fernández Leiceaga.

Desde allí, Sánchez avanzó también que la próxima semana con los líderes de Podemos, Pablo Iglesias y Ciudadanos, Albert Rivera, para buscar una solución al «atasco político” en España. 

La Ejecutiva del PSOE define la estrategia

El cómo piensa hacerlo es la gran incógnita. Hasta ahora, Sánchez no ha dado pistas de cómo pretende conciliar a dos formaciones que, en su momento,  se revelaron ya totalmente incompatibles. La clave podría salir, o no, de la reunión de la Ejecutiva, este lunes, donde los socialistas esperan definir la nueva estrategia, una vez constatado el fracaso de Rajoy. 

Pero antes, desde distintos sectores del PSOE han expresado ya su desconcierto por el movimiento de su secretario general. Diferentes diputados y dirigentes consultados por este periódico creen que Sánchez no tiene una voluntad auténtica de articular una alternativa,  a todas luces complejísima. La propuesta tiene más que ver, opinan, con una maniobra para esquivar las responsabilidades en caso de unas terceras elecciones. Tendiendo la mano a otra mayoría, Sánchez coloca a Podemos o Ciudadanos-uno y otro se vetarán inevitablemente- como responsables del bloqueo. 

 “Es la respuesta a los que le acusan de ‘no moverse’ y de no haber hecho nada durante estos meses”, opina una fuente afín al secretario general y sin embargo contrariada con estos planes. “Viene a decir que existe más alternativa que Rajoy o elecciones, pero no creo que lo intente”.  “Cuando se trata de hacer mezclas imposibles no puede salir una combinación buena”, añade otro cargo socialista.

Otros diputados creen que Sánchez busca ganar tiempo y resguardarse de cara a unos terceros comicios en diciembre. Desde Ferraz, de hecho, se alimenta el optimismo sobre esas elecciones, con algunos sondeos internos que dan hasta 15 escaños más al PSOE. La idea de Sánchez es que «si resiste el voto volverá por sí solo por los errores de Podemos y el hartazgo con el PP”.

Iglesias quiere un gobierno conjunto

La única novedad con respecto a hace seis meses es que esta vez la llamada del secretario general del PSOE es tan ambigua que ni siquiera ha calado entre sus aliados potenciales. El propio Pablo Iglesias instó al socialista a aclarar el «desconcierto» provocado por su llamamiento y se admitió descolocado. No en vano, recordó, desde el PSOE se apresuraron a negar hace unas semanas la existencia de conversaciones- reveladas por él mismo- para considerar una alternativa al Ejecutivo del PP. 

Desde que se supo la oferta del líder del PSOE, Iglesias ha mantenido la cautela y se ha limitado a recalcar la posición de su partido en favor de explorar un Gobierno alternativo para el que, ha añadido, podrían pedir los votos a Ciudadanos. 

«Ciudadanos y Podemos no pueden gobernar juntos, pero sí pediríamos el apoyo de Ciudadanos para apoyar un gobierno nuestro con el PSOE, por responsabilidad», dijo Iglesias. Su plan es esencialmente el mismo que meses atrás: un gobierno conjunto con Sánchez en el que Podemos se reserve ministerios estratégicos y quizás también la vicepresidencia, y con Ciudadanos apoyando desde fuera. 

«Como sospecho que nos diría que no, a partir de ahí creo que habría que pedirle los votos a otras formaciones», dijo también Iglesias, en referencia a ERC, CDC y PNV.  Desde Ciudadanos han optado por guardar silencio a la propuesta del socialista. 

Los barones presionan para una «reflexión»

El equipo de confianza de Sánchez es consciente de que el verdadero debate comenzará a partir de ahora. El expresidente Rodríguez Zapatero ha sido el último en advertir de que «pactar no es traicionar» sino que «forma parte del mejor ADN de los partidos políticos». 

Con Zapatero, otros líderes como Felipe González o Alfonso Guerra han pedido al secretario general abrir una “reflexión” seria. Esa es la postura que comparte la plana mayor de barones autonómicos, como el presidente asturiano, Javier Fernández; el de Aragón, Javier Lambán; de Extremadura, Guillermo Fernández Vara; de Valencia, Ximo Puig; y también la presidenta andaluza, Susana Díaz, que en los últimos días ha optado por mantenerse en un ‘perfil bajo’.

 Ese debate tendría lugar en un Comité Federal, no convocado aún por la dirección socialista y que en todo caso no se espera hasta después de las autonómicas.  La convocatoria corresponde al secretario general o a un tercio de los miembros de ese órgano de dirección, una opción que prácticamente se da por descartada. 

Hasta el momento, la resolución vigente es la del cónclave del 28 de diciembre, tras las elecciones del 20-D, que vetó el apoyo a un Gobierno de Rajoy, pero también las negociaciones con partidos que defiendan las consultas o la independencia. El comité del 9 de julio no emitió una resolución escrita, pero sí el compromiso verbal de no autorizar un Ejecutivo del PP. 

En el aire está también la celebración del congreso que Ferraz aplazó en mayo y en el que se habrá de elegir al secretario general. La dirección socialista decidió entonces no convocarlo “hasta la formación del Gobierno”.