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El Gobierno da por perdidas las autonómicas pero confía en que la guerra PP-Vox le regale unas generales

El PSOE cree que el «ruido» de las negociaciones PP-Vox puede favorecer sus intereses

  • Esther Jaén
  • Corresponsal política en OKDIARIO. Colaboradora y analista política en radio y televisiones. Te leo en esther.jaen@okdiario.com

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se plantea las tres elecciones que se van a suceder desde ahora hasta marzo (en Extremadura, Aragón y Castilla y León, respectivamente) como banco de pruebas para ver cómo evolucionan las relaciones entre PP y Vox y, en función del resultado, plantearse o no un adelanto de las elecciones generales. Según fuentes socialistas, Sánchez va a estar muy pendiente no solo del resultado electoral, sino de las consecuencias que provoquen las negociaciones entre PP y Vox.

Según fuentes del PSOE, Sánchez dice estar convencido de agotar la legislatura y llegar hasta 2027, pero eso puede variar en función de los resultados que arroje esta primera remesa de elecciones autonómicas y las situaciones que puedan provocar y, en especial, los conflictos que calcula Pedro Sánchez, se desencadenarán entre los populares de Alberto Núñez Feijóo y Vox, con Santiago Abascal al frente.

Entre las hipótesis que manejan en los cuarteles generales del PSOE, descartan absolutamente la posibilidad de una victoria socialista (ni de Miguel Ángel Gallardo, ni de  la ministra Pilar Alegría, ni del alcalde de Soria, Carlos Martínez) en cualquiera de los comicios, pero también se muestran convencidos de que el PP no va a ser capaz de obtener la mayoría absoluta en ninguno de los tres escenarios electorales a los que concurrirán en los próximos tres meses.

A partir de esos hipotéticos escenarios, los socialistas creen que el PP va a tratar de obtener el apoyo de los votos de Vox gratis, pero que la formación que lidera Santiago Abascal no lo va a permitir y que eso provocará serios enfrentamientos entre ambos partidos.

Otra de las hipótesis que barajan en el PSOE es que el PP pueda acabar aceptando las condiciones impuestas por Vox y que eso signifique «que traspasan líneas rojas en materia de violencia de género, de inmigración o de cualquiera de sus temas estrella», según precisa un dirigente socialista.

Pendientes pues del «ruido» que puedan provocar los intentos de pacto entre PP y Vox, desde el entorno de Pedro Sánchez se han conjurado para no quitar ojo a las relaciones PP-Vox tras los resultados electorales, a la espera de que, según estas mismas fuentes, «se pueda abrir una ventana de oportunidad» para adelantar las elecciones generales en cualquier momento, agitando «el miedo a la ultraderecha».

Los planes de Sánchez, que oficialmente insiste en su decisión de agotar la legislatura, podrían variar con un golpe de timón del presidente del Gobierno si éste entiende que las rencillas entre PP y Vox le pueden resultar rentables, electoralmente hablando.