Sánchez cita a Bolaños, Montero, Cerdán y Díaz en Moncloa tras su fracaso con los decretos

• Joan Guirado @joanguirado
• Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.
• • 10/01/2024 17:02
  • Actualizado: 10/01/2024 18:08

Pedro Sánchez perderá este miércoles por la noche la convalidación de sus tres primeros decretos de la legislatura. Y esto genera nervios en Moncloa. Muchos nervios. Hasta tal punto que el presidente del Gobierno, al borde de las tres del mediodía, ha citado a su núcleo duro en el despacho presidencial para abordar la situación. Al encuentro han acudido María Jesús Montero, Félix Bolaños y Santos Cerdán. Todos del PSOE. Una hora y media más tarde, el jefe del Ejecutivo ha llamado también a la jefa de filas de Sumar, Yolanda Díaz. «La derrota es compartida», señalan fuentes socialistas. En Moncloa hay quién habla de «gran crisis» y que compara el gabinete de hoy con el que, la noche del 29 de mayo, provocó el adelanto electoral.

Los dos socios de coalición abordan a lo largo de esta tarde la respuesta que deben dar a la caída de medidas como la rebaja del IVA de los alimentos, la subida de las pensiones o un decreto Ómnibus del que dependen más de 10.000 millones de euros de entregas a cuenta de los fondos europeos por parte de la Comisión Europea. La principal idea que manejan, según fuentes del Gobierno, es la celebración de un Consejo de Ministros extraordinario en las próximas horas para volver a aprobar los decretos, cayendo en el mismo error que les ha llevado al fracaso. Sin negociación previa. Imponiendo los términos.

El PSOE y Sumar, en este encuentro que se ha convocado de forma urgente y a la desesperada, también buscarán alinear el discurso de los dos partidos que forman el Gobierno. El relato. Se trata de ponerse de acuerdo contra quién disparar. Se disparará contra el PP, como ya han hecho hasta ahora, «por su irresponsabilidad y nulo sentido de Estado» explican. Pero la idea de Sánchez también es dar rienda suelta a sus secuaces para cargar contra Junts, señalando a los separatistas, a los que han presionado en las últimas horas, como los responsables de no permitir la convalidación de los tres decretos de medidas sociales.

El ministro sin cartera, Carles Puigdemont, ha sido quién ha decidido dinamitar la estabilidad del Gobierno cuando este todavía está echando a andar. Jordi Turull, secretario general de Junts, y Míriam Nogueras, portavoz parlamentaria de los separatistas, han ejercido de portavoces del fugado en Bélgica. Aunque el eurodiputado, que en los próximos días volverá a sentarse en la misma mesa con los negociadores del PSOE y el verificador fuera de España, ha ido comprobando cada uno de los documentos que se intercambiaban socialistas y junteros. La desconfianza es máxima. Y lo que ha ocurrido estas últimas horas sólo ha ahondado aún más en ella.

El ‘no’ que han acabado votando los siete diputados de Junts a los decretos de Sánchez ha caído como un jarro de agua fría en Moncloa y en Ferraz. En el PSOE contaban con doblegar a los de Puigdemont en el último minuto y tras una negociación agónica. Sánchez dio orden de «ir con todo» y estaba dispuesto a prácticamente todo para evitar su primera derrota parlamentaria. Para que no se certificase en las Cortes que él realmente nunca ganó las elecciones ya que el apoyo de Junts a la investidura fue circunstancial. Y, como recuerdan estos días en el entorno del presidente, «nunca han estado en el bloque progresista, ahora vemos como estamos en minoría». Algunos se preguntan si «valía la pena o no formar Gobierno en estas condiciones».

El enfado de Pedro Sánchez por perder los decretos, según fuentes de su entorno, es «total». Con Junts, sí, pero también con sus negociadores: Cerdán, Bolaños y Montero. Desde el pasado lunes que su núcleo duro le transmitía que acabarían salvando los decretos, que al final los siete diputados junteros sumarían sus votos a los del PSOE, Sumar, ERC, Bildu, PNV, ERC, el BNG y Coalición Canaria. Pero no ha sido así. En su primer examen en las Cortes, el presidente del Gobierno ha salido derrotado y humillado. Viendo cómo, tras decirse dispuesto a prácticamente todo, los que dicen ser sus socios le han acabado dando calabazas, la legislatura se les hará muy larga.