Romeva intentó impedir que Puigdemont fuera a Bruselas para evitar que hiciera el ridículo
El conseller de Exteriores del Gobierno catalán, Raül Romeva, y el delegado de la Generalitat en Bruselas, Amadeu Altafaj, intentaron impedir al presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, que tratara de reunirse con las autoridades de instituciones europeas, con el fin de «evitar que hiciera el ridículo», pero éste no se dejó convencer, aseguran fuentes del Parlamento catalán.
Tanto Romeva como Altafaj conocen el rechazo que genera Puigdemont entre las autoridades europeas por su posición independentista. Tanto es así que, en contra de lo que le aconsejaron, Presidencia intentó cerrar un encuentro con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en el marco de su viaje a Bruselas la pasada semana, pero como era de prever éste fue descartado por Bruselas por cuestiones de “agenda”, según alegó públicamente la portavoz del Ejecutivo comunitario, Mina Andreeva.
No solo fue Juncker, otras autoridades europeas también se negaron a recibir a Puigdemont, señalan fuentes parlamentarias catalanas, como el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, o los vicepresidentes Jyrki Katainen y Valdis Dombrovskis.
Así, Puigdemont se quedó sin ningún encuentro con representantes de las instituciones europeas, algo que le habían advertido que ocurriría Raül Romeva y Amadeu Altafaj.
“El objetivo no era hablar, ni yo pedí tampoco hablar con ningún representante de la Comisión Europea, porque no era el objeto”, se justificó el presidente de la Generalitat, y continúo señalando que “cuando tenga interés en hablar, se va a producir”. Pero muy diferente es la versión de su conseller de Exteriores y del delegado del Govern, apuntan las mismas fuentes, que indican que estos trataron de evadir a Puigdemont en sus intentos por mantener encuentros con las autoridades de la UE, pero no tuvieron éxito y «acabó haciendo el ridículo».
El Partido Popular fue uno de los que aprovechó el ridículo del presidente catalán: «Hoy hemos descubierto que el presidente de la Generalitat ha mentido. Ha venido a Bruselas en un viaje oficial en el que ha dicho que no tenía interés en reunirse con las instituciones europeas y después hemos sabido por la portavoz de la Comisión Europea que la Generalitat sí había pedido una reunión”, señaló el eurodiputado del PP Santiago Fisas. “Es grave que un Presidente de la Generalitat mienta y no diga la verdad, me parece que es algo enormemente reprobable”, agregó.
El presidente de la Generalitat quiere recabar apoyos al proceso independentista, tras constatar el fracaso de la ofensiva diplomática encabezada por su “ministro de Asuntos Exteriores”, Raül Romeva. Los informes del Consejo Asesor para la Transición Nacional advierten de que la declaración de independencia sólo será un éxito si la futura “República catalana” recibe el reconocimiento de la comunidad internacional. Algo que difícilmente se produzca, como saben Romeva y Altafaj, que conocen el rechazo de la Unión Europea hacía las políticas de Puigdemont y que no está dispuesta a alentar movimientos secesionistas en su territorio.
Lo último en Cataluña
-
El socialista Collboni, peor que Colau: desplaza el belén de Barcelona por una estrella de 20 puntas
-
Despedida por «acoso muy grave» la alto cargo de Transportes de Barcelona encargada de Buen Gobierno
-
Puigdemont vuelve a la presidencia de Junts con el apoyo del 90% de la militancia
-
Illa nombra ‘embajador’ del catalán al profesor Cabal Guarro, que define España como «inmensa mierda”
-
Illa cede al chantaje separatista y defiende la expulsión a la Policía de su sede central en Barcelona
Últimas noticias
-
Trabajo cierra la negociación con CEOE y reducirá la jornada laboral a 37,5 horas semanales sólo con UGT y CCOO
-
Los diez errores históricos [innecesarios] de Ridley Scott en «Gladiator II»
-
Pelea brutal entre jóvenes magrebíes y georgianos en el Complejo Educativo de Tarragona por un robo
-
El vídeo de Aldama ante el juez: «La foto con Sánchez fue en un reservado en el que estábamos con Koldo»
-
Vox al rector de la Universidad de Zaragoza sobre la Cátedra de Forestalia: «Es un lavado de imagen»