Rajoy a sus ministros: «No nos metamos en jardín de casa ajena, la del PSOE no es nuestra guerra»
Mariano Rajoy tiene claro que el PP no debe pronunciarse sobre la guerra fratricida del PSOE. El presidente del Gobierno en funciones fue taxativo este viernes en el Consejo de Ministros, al instar a los suyos a evitar estos días cualquier declaración pública sobre el partido liderado por Pedro Sánchez. Sus palabras no dejan lugar a dudas: «No nos metamos en jardín de casa ajena, la del PSOE no es nuestra guerra».
La crisis interna del PSOE acapara titulares y hasta ha conseguido que apenas se hable en los últimos días de que España sigue sin un gobierno estable y de que en el horizonte se vislumbren ya como una posibilidad muy real las terceras elecciones. Lógicamente Rajoy y sus ministros analizaron este viernes la convulsa situación por la que atraviesa el principal partido de la oposición, pero la consigna del presidente fue clara: el PP no debe interferir en los problemas del PSOE.
Rajoy no quiere declaraciones públicas sobre los vaivenes que azotan a los socialistas en los últimos días. Sus palabras fueron rotundas: «No demos lugar a interpretaciones. Que el PSOE resuelva sus problemas».
El líder popular ha optado por la prudencia a la hora de valorar cómo se desangra el adversario político. Quizá, entre otros motivos, porque nadie sabe a ciencia cierta en este momento cómo acabará la batalla interna en un partido que ya ha superado muchas vicisitudes en sus 137 años de historia.
La postura de Rajoy es contemplar desde la barrera cómo se desarrollan los acontecimientos en el PSOE. Posicionarse por una facción u otra a través de declaraciones públicas puede tener un coste político en plena cuenta atrás para unos nuevos comicios. Con el PSOE en plena crisis de liderazgo y Podemos con muchos frentes abiertos, el PP es sin lugar a dudas la formación que llegaría mejor pertrechada a una nueva cita con las urnas.
Rajoy siempre ha defendido la estabilidad como una de las señas de identidad del PP, y no quiere dilapidar esa ventaja interfiriendo en los problemas internos del PSOE con declaraciones que no van a proporcionar a los populares ningún rédito político.
El PP fue el único partido que mejoró sus resultados el 26J con respecto al 20D. Pese a los casos de corrupción que le han salpicado de lleno, la formación liderada por Rajoy logró que los electores le dieran un apoyo que se tradujo en 137 escaños, 14 más que seis meses antes. Un motivo de peso para que los populares mantengan el camino trazado sin desviarse ni un ápice.
La guerra interna del PSOE, sin embargo, puede influir decisivamente en el panorama político español. Si Sánchez sale vencedor del desafío, las terceras elecciones adquirirán forma inmediatamente y a principios de noviembre se certificará oficialmente que ya no hay marcha atrás.
Si por el contrario son los barones quienes imponen sus tesis en los cónclaves socialistas, Rajoy tendrá el camino despejado para reeditar un nuevo mandato en La Moncloa. El líder del PP lo sabe y su postura es esperar a que los problemas de sus rivales se traduzcan en más asientos para su partido en el Congreso.
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