España

Rajoy apelará al miedo a Podemos para recuperar un millón de votos el 26J

Se impone un cambio de estrategia. En la campaña de las elecciones generales del 26J Mariano Rajoy apelará al voto del miedo ante la amenaza real de que Podemos logre gobernar mediante un pacto con el PSOE y eche por tierra los logros conseguidos durante los últimos cuatro años.

Los populares confían movilizar así a una parte de sus electores desencantados que se quedaron en casa en los comicios del 20D para recuperar al menos un millón de votos. Esto se traduciría en un crecimiento de cerca de 20 escaños para el PP, que daría a Rajoy margen de maniobra suficiente para cerrar un pacto de gobierno con Ciudadanos.

El discurso de la recuperación económica ya no es suficiente. Fue el eje central de la campaña de Mariano Rajoy en las elecciones de diciembre, pero no dio el resultado esperado. El PP perdió 3,6 millones de votos y 63 diputados. La mayoría absoluta obtenida cuatro años antes quedó reducida a 123 escaños.

Aunque la economía da claros síntomas de reactivación, millones de familias aún no han comenzado a notar sus efectos. El mercado laboral registra las mejores cifras de empleo desde 2010, pero la existencia de una bolsa de cuatro millones de parados demuestra que todavía queda mucho camino por recorrer.

Un callejón sin salida

La fragmentación del electorado, con la irrupción de Podemos y Ciudadanos, y la negativa del PSOE a negociar con el partido más votado ha conducido a un callejón sin salida. Mariano Rajoy se plantea ahora las elecciones anticipadas del 26J en una clave muy distinta.

Ya dejó entrever este cambio de discurso en el vídeo promocional del PP, grabado el pasado día 8 en La Moncloa, en el que advertía de que España se enfrenta a una «alternativa extremista que se asoma como un disolvente de todo lo bueno que tenemos».

El temor a que Podemos logre gobernar e imponga su agenda radical –con medidas como el referéndum de independencia de Cataluña y el desmantelamiento de todas las reformas impulsadas durante los últimos cuatro años– pasa ahora a un primer plano en la estrategia electoral del PP.

Pablo Iglesias confía que su partido crezca en al menos 12 escaños –frente a los 69 obtenidos en diciembre sumando sus confluencias en Cataluña, Galia y la Comunidad Valenciana– gracias al acuerdo suscrito para concurrir a las elecciones junto a Izquierda Unida.

El ‘sorpasso’ de Unidos Podemos

La posibilidad de que la nueva marca Unidos Podemos logre dar el sorpasso al PSOE comienza a ser real, en vista de la situación de debilidad en la que se encuentra el secretario general socialista, Pedro Sánchez, cada vez más cuestionado por sus propios barones. Lejos de premiar su decisión de presentarse a la sesión de investidura, sin los votos suficientes para ser presidente, las encuestas muestran una caída del apoyo al PSOE.

En este escenario, Mariano Rajoy basará su campaña en el riesgo de que tras las elecciones se forme un Gobierno radical, formado por Podemos y el PSOE, que desoirá las directrices de la Unión Europea sobre el gasto público, recuperará un marco laboral que no incentiva la creación de empleo y pondrá en peligro los avances conseguidos para salir de la crisis.

Todo ello, condicionado por las minorías nacionalistas e independentistas resguardadas bajo el paraguas de Podemos –que ya se ha convertido en compañero de viaje de Bildu en Navarra y anfitrión de Arnaldo Otegi en el Palamento europeo– que no aceptan el actual marco constitucional.

No en vano, la primera exigencia que Íñigo Errejón planteó para negociar un pacto de Gobierno con el PSOE, en la misma noche electoral del 20D, fue la celebración del referéndum de independencia de Cataluña reclamado por Ada Colau.

El trasvase de votos a Ciudadanos

Y otra diferencia respecto a la última campaña electoral. Los populares bajarán el listón de la crítica respecto a Ciudadanos, conscientes de que sólo podrán formar Gobierno tras los comicios del 26J con el apoyo de Albert Rivera.

En las elecciones de diciembre, el PP perdió 3,6 millones de votos. Una cifra ligeramente superior a los 3,5 millones de papeletas que han permitido a Ciudadanos obtener por primera vez representación en el Congreso de los Diputados.

Aunque no todos los votos perdidos por el PP se han ido automáticamente al partido de Albert Rivera, que ha robado también electorales entre el sector más moderado del PSOE. Los populares estiman que al menos un millón de sus votantes se quedaron en casa el 20D.

Mariano Rajoy intentará movilizar ahora a estos electores desencantados y abstencionistas, apelando al riesgo de que la llegada de Pablo Iglesias al Gobierno ponga en peligro el crecimiento económico y la convivencia entre los españoles.