España
Nueva Legislatura

El presidente socialista del Congreso que sí frenó los juramentos desleales con la Constitución

Félix Pons, el presidente socialistas del Congreso que sí frenó los juramentos desleales con la Constitución y, además, expulsó a los diputados batasunos que osaron no usar las fórmulas reglamentarias.

Al contrario que Meritxell Batet, la actual presidenta del Congreso, sí ha habido en la historia de la democracia española un presidente de la Cámara Baja del PSOE que ha frenado los juramentos desleales a la Constitución de diputados que han salido de las urnas: Félix Pons.  Fue en 1989 cuando Itziar Aizpurúa Egaña, Jon Idígoras y Ángel Alcalde, tres diputados electos de la extinta e ilegalizada Herri Batasuna, juraban por «imperativo legal», cuando las únicas formas válidas eran las de «sí, juro» o «sí, prometo».

Tras ello, y sin contemplaciones y titubeos, Pons, expulsó a los tres dirigentes de la Cámara Baja al considerar que no habían cumplido la fórmula de acuerdo con las reglas. «Al no haber usado la fórmula reglamentaria no han adquirido su condición plena de diputado. Les ruego que abandonen el Hemiciclo», decía del presidente del Congreso.

Ante las protestas de Idígoras, Pons Irazazábal corta cualquier tipo de expresión y espeta que «no hay lugar a ninguna declaración en este momento, le ruego que abandonen el Hemiciclo». Ante la insistencia del batasuno, el presidente le dice que «no tiene la palabra» y suspende la sesión.

No obstante, y a pesar de la expulsión de los tres diputados de Herri Batasuna, recurrieron la decisión de Pons ante el Tribunal Constitucional, aunque éste les amparó en 1990 en la libertad ideológica la promesa por imperativo legal. Una resolución del Alto Tribunal en el que Batet se apoyó este martes para permitir a los diputados de ERC y JxCat, incluidos los procesados por el golpe de Estado en Cataluña en 2017, que acatasen la Constitución por «imperativo legal», «los presos políticos» o «el mandato del 1-O». 

Tras las expresiones fuera de toda formalidad de los diputados separatistas, la quietud de Batet sorprendió a los diputados de los partidos constitucionalistas, entre ellos Albert Rivera, líder de Ciudadanos, que pidió la palabra en varias ocasiones. El dirigente naranja reprochó a Batet que no hubiera llamado la atención a los independentistas al saltarse «el artículo 103.1 en ‘cuestión de orden’ permitiendo que se hable de presos políticos en una democracia. España es una democracia, aquí no hay presos políticos, hay justicia».

Antes las quejas de Rivera, Batet que las fórmulas usadas por los separatistas habían sido «respetuosas» con el Reglamento y la jurisprudencia del Constitucional. «Por tanto, no se ha mermado la esencia del acatamiento, que es el compromiso de respeto a la Constitución», aseguraba.

Tras los incidentes en el Hemiciclo, hay quienes echan de menos –con nostalgia– a aquel PSOE de Pons que sí despojo de la condición plena de diputados a aquellos que no acataron la Constitución con el debido respeto y decoro que merece la Cámara en la que reside la soberanía nacional. Ha sido el caso de Toni Cantó, dirigente de Ciudadanos en la Comunidad Valenciana, que afirma que tiene «nostalgia de aquel PSOE y señala que «ahora Meritxell Batet se la da a quien denigra a la democracia española en la sede de la soberanía nacional».