Investidura Pedro Sánchez

Sánchez teme que un acuerdo con Podemos lleve a una legislatura de 2 años

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Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El presidente en funciones, Pedro Sánchez, opta por repetir las elecciones ante el riesgo de que un acuerdo con Podemos provoque una legislatura inestable y breve. En fuentes socialistas se acota en dos años como máximo la duración de un mandato que dependerá inequívocamente del partido de Pablo Iglesias. Una legislatura que, opinan, estaría marcada por la inestabilidad y por la desconfianza hacia una formación que, en público, califican de ‘socio preferente’. Sánchez no cuenta a día de hoy con los apoyos necesarios para ser investido, ni siquiera en segunda votación, cuando se requiere de una mayoría simple.

Aunque nada hacía prever un nuevo movimiento, Sánchez avanzó este jueves un paso más en la negociación: admitir que Iglesias le proponga a independientes de prestigio, y afines, para determinados ministerios. El socialista no aseguró que sean de inmediato ‘admitidos’ pero sí aseguró:  «Esas sugerencias las tendré en cuenta».

Lo que no está dispuesto a tolerar es que Iglesias, o miembros directos de Podemos, se sienten en el Consejo de Ministros, como es pretensión del líder morado. En este contexto, la postura sigue firme: la única concesión serán secretarías de Estado o entes públicos.

La forma de ese eventual Ejecutivo es lo que sigue condicionando las conversaciones en la izquierda. Este jueves, el líder de Podemos volvió a insistir a Sánchez en que su postura no variará y criticó la «obsesión» del socialista por acaparar «todos los sillones» del Gobierno. «No es bueno que alguien se obsesiones con todos los cargos hasta el punto de decir: ‘todos los sillones para mí’», dijo Iglesias, asegurando también que «lo fundamental» para su partido es «un acuerdo integral» de Gobierno.

La formación morada pone como ejemplo los acuerdos de comunidades como Valencia o Baleares, donde tienen representación en el gabinete, y creen «una falta de respeto» a sus votantes no verse sentados «en la proporcionalidad» que salió de las urnas.

No obstante, desde Podemos están dispuestos a renunciar a dicha pretensión, siempre y cuando Sánchez se avenga a negociar un acuerdo de Gobierno de coalición con ellos y someterlo a votación el próximo 23 de julio, día fijado para la investidura. Si fracasa, afirmó este miércoles Iglesias, se reconsiderará la estrategia.

Desconfianza mutua

Sánchez ha reiterado este jueves que no cederá al Gobierno de coalición que le pide Iglesias, y se ha referido incluso a «factores personales», para explicar la insistencia del dirigente de Podemos a entrar en su Ejecutivo. El presidente en funciones le reclamó finalmente «anteponer el interés general al partidario» para «intentar construir un Gobierno progresista que no dependa de las fuerzas independentistas». En este contexto, reiteró también su intención de buscar la abstención, hoy lejana, de PP y Ciudadanos.

Sánchez e Iglesias se verán el próximo martes, a las 12.00, en el Congreso, dentro de una nueva ronda de consultas. El de Podemos será el primer dirigente en reunirse con el candidato. Cinco horas después lo hará Pablo Casado, mientras que Albert Rivera ha confirmado que no acudirá a la cita, lo que en fuentes socialistas se ha considerado una «deslealtad institucional sin precedentes».

Temor a la desmovilización

La reunión entre Iglesias y Sánchez será la quinta desde las elecciones del pasado 28 de abril. Y esa presión, por parte de Moncloa, tiene un mensaje nítido: o apoyo en julio o elecciones el 10 de noviembre. No hay medias tintas, declaran fuentes socialistas. Pese a los augurios del CIS -según el que Sánchez lograría casi un 40% de la intención de voto, previsiblemente una mayoría absoluta- el PSOE teme también que la repetición electoral conlleve a una desmovilización de la izquierda.

No obstante, unos nuevos comicios reforzarían sin duda las opciones de Sánchez para gobernar en solitario, su opción prioritaria. Porque aunque no llegue a la mayoría, sí le colocaría en una posición indudablemente más ventajosa frente a Iglesias. Podemos, opinan, no podría negarse por segunda vez a hacerlo presidente. Según el barómetro, conocido este miércoles, el partido morado sería uno de los grandes perjudicados por la repetición electoral, y perdería dos puntos sobre los resultados de abril.

«Un Gobierno en solitario es un Gobierno débil, y España es la cuarta economía del euro. Los números dan para lo que dan. Lo que han votado los ciudadanos no le da al PSOE para gobernar en solitario. Sus apoyos serían menos que los del bloque de la derecha», aseveró en las últimas horas la portavoz de Podemos, Irene Montero.

Desde su partido desconfían también de que Sánchez busca con el ultimátum «presionar a Ciudadanos y torcerle el brazo» para que finalmente permita, con la abstención de sus diputados, la investidura.

En el PSOE pronostican y temen la ‘deslealtad’ de Iglesias en cuestiones muy sensibles, como Cataluña, en vísperas de que se conozca la sentencia del ‘procés’.

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