España
Centro Nacional de Inteligencia

Iglesias accederá a secretos del CNI que, según la ley, le están vetados

El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, se sentará como un miembro de pleno derecho más en la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos de Inteligencia (CDGAI). Pero lo hará rompiendo una de las reglas básicas de funcionamiento del CNI y de los servicios de inteligencia en general: para acceder a secretos oficiales es necesario acreditar la «necesidad» de conocerlos. Y las materias que se tratan en esa comisión no están relacionadas con sus competencias en Derechos Sociales.

Ninguno de los asuntos y materias que se engloban bajo el manto de la vicepresidencia segunda de Iglesias requieren acceder a información reservada del CNI o de otro organismo estatal de inteligencia. Así de contundentes se muestran a OKDIARIO fuentes de la seguridad del Estado en referencia al concepto de «necesidad de conocer», término clave para comprender el funcionamiento del sistema de intercambio de información reservada.

Según explican estas voces, esa «necesidad de conocer» es un principio básico del funcionamiento del CNI y de cualquier otro organismo dedicado a la obtención y suministro de inteligencia. Así viene reflejado en el artículo 2.2 de la Norma de Seguridad NS/02, un documento del CNI que establece quién y en qué condiciones puede acceder a documentos reservados o clasificados.

Información clasificada

«La ‘necesidad de conocer’ es la determinación de que una persona requiere el acceso a información para desempeñar servicios, tareas o cometidos oficiales. Ninguna persona podrá tener acceso a información clasificada exclusivamente por razón de su cargo o posición, o por estar en posesión de una HPS, sin la preceptiva necesidad de conocer». Es decir, para «conocer», el sujeto que recibe la información debe necesitarla para la toma de algún tipo de decisión, como es el caso de miembros del Gobierno.

La norma vuelve a insistir por segunda vez en este punto: «Por consiguiente, ocupar un cargo o disponer de una HPS no justifica, en sí mismo, el acceso a información clasificada».

La «necesidad de conocer», descrita en la NS/02 del CNI.

El papel de Iglesias en la Comisión

El vicepresidente Iglesias, sin embargo, ha conseguido acceder gracias al aval personal del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos de Inteligencia. Un organismo de control que revisa, controla y aprueba los objetivos tanto del CNI como de otros entes de inteligencia del Estado. En esas reuniones, admiten las fuentes consultadas por OKDIARIO, «se aporta información muy sensible para el Estado, por ejemplo en materia de contraespionaje o riesgos para sectores estratégicos de la nación».

Campos clave en la gobernanza

Es por ello que en esa CDGAI están presentes los ministros de Interior, Defensa, Economía y Exteriores. Campos clave en la gobernanza de un país y a los que la inteligencia (la recolectada por España y también por sus socios internacionales) puede aportar un plus decisivo a la hora de tomar decisiones. En los círculos de inteligencia, sin embargo, se pone en entredicho qué pueden aportar estas revelaciones a cuestiones de asuntos sociales como los que visten de competencias la cartera de Pablo Iglesias.

Pero, ¿por qué un ministro de Economía puede enterarse de asuntos que afectan al Ministerio de Defensa, por ejemplo? Según explican a OKDIARIO fuentes de la inteligencia española, la concepción de esas comisiones y grupos de trabajo tiene un enfoque «multidisciplinar». «Cualquier riesgo para el país, de la índole que sea, tiene ramificaciones. Un intento de invasión extranjera, por ejemplo, afecta a la economía, supone un reto para la diplomacia y requiere aumentar la seguridad interior», aseguran.

Esas ‘ramificaciones’ pueden ser extensibles a otras materias. Por ello, aseguran, la ley que regula esta Comisión Delegada (que fue modificada en pleno estado de alarma para poder incluir el plural «vicepresidentes» y dar entrada así a Iglesias) ya establece un mecanismo por el que, en un determinado momento, cualquier alto funcionario o ministro que necesite acceder a este organismo pueda hacerlo. Pero se trata de un permiso temporal, no permanente como el que ha recibido Iglesias.

Sin ‘examen’ previo

Iglesias accederá a la comisión gubernamental de control del CNI sin tener que rendir cuentas sobre sus vínculos con Venezuela o Irán, ya que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le ha facilitado la obtención de la Habilitación Personal de Seguridad sin someterse al minucioso examen de la Oficina Nacional de Seguridad.

Iglesias, tal y como ha podido confirmar OKDIARIO de fuentes de la seguridad del Estado, ya tiene «toda su documentación en regla» de cara a poder acceder a la información reservada que el CNI aporte a la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos de Inteligencia. Un organismo de control de los servicios secretos al que Pedro Sánchez ha dado acceso a su vicepresidente segundo.

Pablo Iglesias ha obtenido el ‘visto bueno’ del propio CNI para poder conocer y manejar información clasificada que obre en manos de los servicios de inteligencia y que se presente en esa comisión gubernamental. Lo ha hecho gracias a una ‘vía exprés’ que le ha evitado pasar por los trámites perceptivos que requiere un permiso de estas características, la llamada Habilitación Personal de Seguridad. Un ‘sello’ que necesita cualquier funcionario, del más bajo al más alto nivel, que requiera manejar información sensible.

Le avala Sánchez

Este «procedimiento abreviado» por el que Iglesias recibe el visto bueno del CNI se basa en una solicitud/orden personal del presidente del Gobierno cursada ante la secretaría de Estado Directora del CNI, Paz Esteban, nombrada el pasado 31 de enero -ocupaba el puesto de forma interina tras la marcha del ex director, Félix Sanz Roldán-. Es decir, la petición de Sánchez funciona en la práctica como un ‘aval’ de alto nivel y viene a representar que la figura del presidente confía en el vicepresidente y responde por él.

Esta vía ha permitido a Pablo Iglesias saltarse el trámite de evaluación de la Oficina Nacional de Seguridad, un organismo perteneciente al CNI cuya misión es valorar individualmente a cada candidato que requiera acceder a información clasificada. Un ‘examen’ que se le antojaba complejo de superar al vicepresidente segundo, en vista de las preguntas que contiene y las implicaciones que podrían conllevar sus respuestas.

Según era perceptivo, el líder de Podemos debería haber enviado por escrito al CNI, vía ONS, un relato exhaustivo de sus vínculos con gobiernos de otros países. Un completo «Cuestionario Avanzado de Seguridad» que incluye preguntas sobre sus relaciones con «personas de países que no sean miembros de OTAN/UE  o con gobierno/servicios de inteligencia europeos».

Pablo Iglesias hablando de Venezuela en la cadena iraní Hispan Tv y a la derecha con una bandera de la Unión Soviética.

Ni siquiera Iglesias oculta su pasado reciente de colaboración -laboral en algunos casos- con el régimen de Irán, para el que trabajó a través de su televisión Hispan TV. Tampoco la colaboración con el Gobierno ecuatoriano de Rafael Correa a través del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG). O los pagos que pueda haber recibido Podemos y sus fundadores por parte del régimen chavista de Venezuela a través de la Fundación CEPS, así como los que haya recibido por parte de la Bolivia de Evo Morales.

Aprovechando la pandemia

El del examen de la ONS no era el único escollo que tenía Iglesias para poder sentarse en la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos de Inteligencia. La Ley vigente tampoco recogía la posibilidad de que hubiese más de un vicepresidente en dicha reunión, además de los ministros de Interior, Defensa, Economía y Exteriores, el secretario de Estado de Seguridad y el propio director/a del CNI.

Esto quedó solucionado, también por vía exprés, el pasado 17 de marzo. El Gobierno de Sánchez incluía en el Real Decreto del estado de alarma una disposición final segunda por la que se modificaba la Ley 11/2002, de 6 de mayo, que regula el CNI. Todo arreglado para que el vicepresidente pudiese sentarse en el sillón de la comisión que regula al CNI en la que, como él mismo dijo, «me corresponde estar». En círculos de la inteligencia no opinan lo mismo.