España
ELECCIONES 28M

Nerviosismo en el PSOE en la recta final de campaña: «Estos comicios van de Sánchez sí o Sánchez no»

  • Joan Guirado
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

Todo está en juego. A siete días de las elecciones municipales y autonómicas, que el próximo domingo decidirán la conformación de ayuntamientos, cabildos y parlamentos regionales, en el PSOE miran con lupa cada pequeño dato de los trackings que han encargado y que revisan a diario. A Pedro Sánchez no se le puede votar este domingo. Pero en la sala de máquinas de los socialistas, asumen que «estos comicios van de Sánchez sí o Sánchez no». Pese a que los barones hayan tratado de evitarlo, incluso rechazando la celebración de la Convención Autonómica, Moncloa ha vuelto a polarizar una vez más la campaña. Principalmente en la disputa con Isabel Díaz Ayuso.

La semana que queda por delante tiene visos de ser trepidante. Tal vez, explica un reputado consultor político en conversación con este periódico, «haya una tensión que jamás habríamos imaginado». Y eso que en los últimos años ya han subido bastante los decibelios en la política española. De lo que pueda suceder en estos próximos siete días, de quién coja la iniciativa y las riendas del mensaje, dependerá en gran parte el resultado del 28M. Un resultado que puede cambiar radicalmente el tablero de juego con las generales de finales de año a la vuelta de la esquina.

Pedro Sánchez

El líder del PSOE se juega su fortalecimiento o debilitación. Un mal resultado general de su partido será utilizado por el Partido Popular como la antesala del cambio en el Gobierno. Lo que ocurra en lugares como en Madrid capital, donde ha situado como alcaldable a dedo a la ex ministra Reyes Maroto, también será importante a nivel de un posible cuestionamiento interno que le debilitaría frente a sus adversarios dentro el partido. Que siguen siendo muchos.

Juan Espadas

Como Sánchez, Juan Espadas tampoco es candidato en estas elecciones. Pero el ex alcalde de Sevilla y actual líder del PSOE de Andalucía es uno de los que más se juegan. En la calle Ferraz y en la calle San Vicente de la capital hispalense -sede de los socialistas andaluces- ya dan por amortizado a su secretario general. Y asumen que habrá un relevo de forma más o menos inminente. Todo apunta que el PSOE-A perderá gran parte del poder municipal y cuatro de las seis diputaciones que gobierna en la actualidad.

Ximo Puig

La Generalitat Valenciana es el principal feudo del Partido Socialista a día de hoy. Y Ximo Puig el barón con más poder. Pero todo puede cambiar tras el 28M. La relación entre Sánchez y Puig hace meses que no es buena. De hecho incluso se rumoreó que el presidente no le quería como candidato. Pero ambos asumieron que «lo mejor para todos, por ahora, era tratar de demostrar una falsa unidad». Incluso con alabanzas mutuas durante los actos que han celebrado conjuntamente en las últimas semanas. Si Puig cae, Sánchez intentará hacerse con el poder del PSPV. Si resiste, y el PSOE tiene un mal resultado global, el valenciano tratará de erigirse como contrapeso al secretario general.

Emiliano García-Page

Abrazando su tercera mayoría absoluta en Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page puede convertirse la noche del 28M en la principal alegría y el principal quebradero de cabeza para Pedro Sánchez. Si el barón más crítico con él es el único que resiste, a juzgar por los sondeos, el manchego no dejará escapar la oportunidad. Un mal resultado en las generales, sumado al desgaste del domingo, le haría dar un paso al frente para relevar a Pedro Sánchez. Como Ximo Puig, Page, también tiene voluntad de erigirse como contrapeso al actual líder.

Santos Cerdán

El principal responsable de los pactos con Bildu. El que negoció la investidura de la presidenta de Navarra María Chivite con los proetarras cuando Sánchez aún decía que nunca pactaría con los herederos de ETA. Debido a sus tiranteces como Adriana Lastra, en la crisis orgánica del pasado verano, el secretario general de quiso deshacer también de su número tres. Pero se negó a dimitir. Le encargó la dirección de esta campaña para justificar, en caso de debacle, su cese. Ya tiene a sus espaldas el fracaso de la campaña de Espadas en Andalucía.