España
Seguridad ciudadana

Manipulan un vídeo para acusar a la Policía de brutalidad en la detención de un ‘mena’

La difusión parcial de las imágenes de una intervención de la Policía Local de Pineda de Mar, en Barcelona, sirve para linchar en redes sociales a los agentes que detuvieron a un menor.

  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

Varios policías locales han sido injustamente señalados por un vídeo de 45 segundos en los que se les veía introduciendo a un menor en un coche patrulla tras detenerlo por no llevar mascarilla. El vídeo íntegro de la actuación policial revela el intento de varias personas de impedir la detención y el nerviosismo de los policías cuando se ven superados en número. No tiene nada que ver con un episodio de brutalidad de la policía en la detención de un mena.

Que las localidades de la costa de la provincia de Barcelona tienen un grave problema de seguridad vinculado a la inmigración es un dato objetivo sujeto solamente a la moralidad de relacionar ambos fenómenos como causa y efecto. Pero tratar de manipular la imagen de las policías que actúan en la zona para acusarlos de brutalidad en su actuación contra algunas personas inmigrantes es hacer trampas.

Eso es lo que sucedió la semana pasada en redes sociales con la difusión de un vídeo en el que podía verse cómo un nutrido grupo de policías locales de la localidad barcelonesa de Pineda de Mar conducían a un detenido hasta un coche patrulla. Pronto los detalles del vídeo, de unos 45 segundos, fueron difundiéndose en redes sociales como una actuación desproporcionada para reducir a un menor de edad de origen extranjero que había sido apercibido por los agentes por no llevar mascarilla.

Sin embargo, la realidad era bien distinta, pero para conocerla hace falta ver el vídeo íntegro de la actuación policial y al que ha tenido acceso este periódico y que reproducimos en este artículo.

Para empezar la intervención policial no se debió a un apercibimiento por detectar al chico en cuestión sin llevar mascarilla. La primera patrulla de agentes que llegó a la zona lo hizo por la denuncia de la sustracción de un teléfono móvil. Los dos primeros policías identificaron al presunto autor del hurto y muy pronto se dieron cuenta de que no iba a ser fácil obtener su colaboración.

Durante el vídeo de la detención se ve cómo un policía emplea la fuerza justa para tratar de conducir al mena hasta el coche patrulla, mientras el chico se resiste, se niega a ir dónde le indica el agente e incluso trata de zafarse del contacto físico del policía. ¿Y qué hace mientras tanto su compañero? Pues cubrir al agente que trata de reducir al menor.

«Es sólo un crío»

Un grupo de personas sigue de cerca a la pareja de agentes mientras los insultan y los rodean tratando al tiempo de disculpar el comportamiento del mena detenido de que puede escucharse decir “déjalo hijo de puta (en referencia al agente) que es sólo un crío”. Poco a poco la turba que rodea a los dos policías se va animando y pasan de las palabras al contacto, tratando incluso de mediar entre el crío y el agente que lo está reteniendo.

La situación deja de ser un episodio de resistencia ciudadana para tomar otro cariz y uno de los agentes lo percibe inmediatamente porque se le escucha decir por radio “prioridad uno, prioridad uno”. Cerca de una veintena de personas rodean al menor y consiguen arrastrarlo fuera del alcance de los agentes hasta que llegan más agentes y consiguen recuperar el control de una detención que se había convertido en un grave problema de seguridad.

En la escena se puede escuchar la sirena de la tercera patrulla que se suma a la actuación policial porque los amigos del detenido insisten en llevárselo. Durante varios minutos los policías han tratado de llevarse al menor detenido usando la menor fuerza posible, pero los forcejeos del propio menor les lleva a tomar la decisión de arrojarlo al suelo para inmovilizarlo, lo que provoca la ira y el enfado del resto de sus amigos.

A estas alturas de la grabación puede escucharse perfectamente al menor gritando “no os tengo miedo, lleváis una mierda de placa” mientras los policías lo esposan boca abajo.

La situación en Pineda de Mar o en localidades cercanas como Calella con respecto a los inmigrantes ilegales y los menas se está complicando a un ritmo vertiginoso en los últimos meses. El junio pasado 50 vecinos de Premiá trataron de entrar en un piso okupado por inmigrantes a quienes responsabilizaban de robos y agresiones en la zona.

En esa misma época la Policía de Premiá detectó un grupo de menores no acompañados, aproximadamente una docena. Que estaban protagonizando robos a ancianos en varios barrios de la localidad.

En Calella ya son varios los pisos okupados por menores donde la finalidad de la usurpación pasa más por ocultar objetos robados que por conseguir una solución habitacional.

La situación se está complicando y sólo repasando este vídeo hay que preguntarse qué falla cuando para resolver algo tan nimio como el hurto de un teléfono hace falta que acudan tres patrullas de policía. Los agentes de Premiá no rehúyen el trabajo que les toca, pero se niegan a que con extractos de vídeo se acuse de brutalidad a cualquier policía durante la detención de un mena.