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Maduro voló a su mansión en la paradisiaca isla de La Orchila tras llamar «colonialistas» a Feijóo y Ayuso

La isla-refugio, en pleno Caribe, está militarizada y sólo puede ser visitada por Maduro, su familia y amigos

El dictador venezolano Nicolás Maduro protagonizó este fin de semana una contramarcha ante la manifestación organizada en Madrid por el PP para respaldar a Edmundo González como presidente electo. Maduro les dedicó a líder del PP, Alberto Núñez Feijóo y a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, calificativos como «ladrón», «fascista» o «colonialista» por su apoyo a González. Tras ello, el líder chavista cogió un avión de vuelta a la isla paradisiaca La Orchila, al norte de Caracas, donde el régimen tiene una mansión en primera línea frente al Caribe.

Pasaban unos minutos de las doce de la noche -hora local en Caracas- cuando el Airbus A319 de Conviasa que Maduro ha convertido en su avión presidencial despegaba del aeropuerto internacional «Simón Bolívar» de Maiquetia. A sólo dos kilómetros de distancia, en una pequeña localidad costera llamada La Guaira, Maduro convocó a los suyos para arremeter contra la manifestación organizada en Madrid.

Acompañado de una delegación libanesa y palestina como gesto de apoyo a los antisemitas tras la eliminación del líder terrorista de Hezbolá, Hasan Nasralá, Maduro llegó al escenario de La Guaira acompañado de su lugarteniente y vicepresidente Diosdado Cabello. Desde allí, Maduro dedicó todo tipo de improperios e insultos a los organizadores de la marcha en Madrid: «Feijóo y Ayuso, del partido popular franquista».

Tras llamarles «colonialistas», Maduro voló rumbo a la base aeronaval Antonio Díaz, en la isla de La Orchila, justo de donde había llegado unas horas antes para el show de La Guaira. La isla, rodeada de aguas del Caribe, pertenece a Venezuela y tiene una extensión de 40 kilómetros cuadrados. En el pasado fue una isla presidio, a la que se enviaba a muchos de los inmigrantes canarios que partían hacia Venezuela. Pero también fue el lugar donde se mantuvo cautivo a Hugo Chávez en 2002 tras su fallido golpe de Estado.

Registro de radar del vuelo YV2984 de Maduro.

Hoy, La Orchila y su base aérea están restringidas. Sólo tienen acceso el presidente Maduro, sus familiares y amigos. No hay turismo y el sobrevuelo de la isla está prohibido para la aviación civil. Es en este enclave protegido por el ejército venezolano donde Maduro tiene una de las mansiones que más utiliza como residencia.

El dictador venezolano la ha convertido en su isla-refugio. Situada al final de una larga carretera que une el aeródromo militar con la parte noreste de la isla, hay un conjunto de edificaciones junto a una gran piscina y a escasos metros de las aguas turquesas del Caribe. A apenas un centenar de metros al oeste hay otro conjunto de edificios con dos embarcaderos diseñados para yates y embarcaciones de recreo.

La mansión exclusiva está en el norte de la isla de Orchila.

Insultos a Feijóo y Ayuso

El líder chavista Nicolás Maduro insultó este domingo al Partido Popular y al líder opositor venezolano, Edmundo González, en relación con la manifestación que tuvo lugar el sábado en la madrileña Puerta del Sol. Durante su intervención, Maduro calificó al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, como «un ladrón vinculado al narcotráfico» y se refirió a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, como «falangista colonialista». Desde Madrid ya le respondieron: «Personaje…».

Maduro, que sigue sin mostrar las actas electorales que confirmarían oficialmente la victoria de Edmundo González, arremetió contra la concentración en la que el presidente electo hizo su primera aparición pública desde su exilio. «Fue el PP, el partido franquista de España, quien organizó el evento», señaló Maduro en un discurso pronunciado en un acto en el estado de La Guaira, con motivo de la conmemoración de su reelección dos meses atrás.

«Ahí estaba una falangista llamada Isabel Ayuso, algo así como la alcaldesa de Madrid. Fascista y colonialista, una de las peores figuras de España. Y también estaba ese tal Feijóo, un ladrón relacionado con el narcotráfico en Galicia», aseguró Maduro.

Además, el presidente venezolano atacó a Edmundo González, a quien describió como un «viejo vagabundo» y «cobarde». «Ni siquiera se dirige a la gente. Tuvo que venir el vampiro Antonio Ledezma para leer un discurso que supuestamente escribió el viejo cobarde. Esa es la realidad, esa es la clase de personas que querían gobernar este país», añadió.

Maduro también criticó a González por mostrar una bandera venezolana con siete estrellas durante la manifestación en Madrid. «Mostrar una bandera de siete estrellas es una ofensa al honor y la dignidad de todos los venezolanos», señaló el tirano chavista.

Madrid responde: «Personaje»

La Comunidad de Madrid aseguró que «no sorprende de un dictador» que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, llamara a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, «fascista» y «falangista».

«Pues bueno, una más», minimizó el consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, Carlos Novillo, al ser preguntado por el ataque de Maduro durante un mitin en una concentración por los dos meses desde las elecciones presidenciales en el país.

Frente a estos ataques, la Comunidad de Madrid destacó la «demostración de libertad en España» que fue la concentración en la Puerta del Sol, en la que se mostró que «los españoles apoyan a ese pueblo venezolano en el exilio y a los que están pasándolo tan mal allí». «Eso es lo que debe molestarle a este señor, ¿no?, que no nos vamos a olvidar ni a callar», remarcó Carlos Novillo.