NEGOCIACIONES EN GINEBRA

La lapidaria conclusión de Junts tras la reunión con el PSOE en Suiza: «Esto ya no tiene solución»

La desesperada negociación activada por Sánchez con Junts en Suiza queda en punto muerto

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Pedro Sánchez se ha lanzado a la desesperada a negociar con Junts en Suiza, pero ya van tres días de reuniones y el intento se ha topado con un muro. Este domingo quedó en punto muerto. La delegación socialista encabezada por el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, sigue sin convencer a los de Puigdemont para que vuelvan a garantizarles el apoyo de los siete diputados que Junts tiene en el Congreso y que le son imprescindibles al Ejecutivo de Sánchez para mantener una mínima gobernabilidad. «Esto ya no tiene solución», fue la lapidaria conclusión con la que Junts se levantó de la mesa tras la tercera jornada de negociaciones, según han indicado a OKDIARIO personas presentes en la reunión.

El «ya no tiene solución» sólo puede interpretarse como una ruptura no temporal sino definitiva. Pero está por ver. La certificación puede llegar en cuestión de días, y el escenario sería el propio Congreso de los Diputados. Esta semana toca votar de nuevo el techo de gasto del Estado para 2025, paso imprescindible para que el Gobierno pueda presentar el proyecto de ley de Presupuestos.

Si los siete parlamentarios de Junts lo vuelven a votar en contra, como hicieron en julio, las posibilidades de que Sánchez pueda sacar adelante las cuentas de 2025 se antoja imposible. Y eso quiebra el escenario político del líder del PSOE incluso entre sus filas, ya que estaría condenado a presentarse al congreso federal del partido como presidente totalmente en el alero. Es justo lo que quería evitar buscando desesperadamente una negociación in extremis en Suiza con los delegados del fugado ex president Puigdemont.

La conclusión de los negociadores de Junts, ese «esto ya no tiene solución», coloca a Pedro Sánchez al borde de ser convertido por los de Puigdemont en un presidente zombi. Junts lo sabe. Mantenerse en la Moncloa sin cuentas al día es una condena política fatal: la aprobación presupuestaria es un test de vida de cualquier Gobierno. El PSOE tiene una fehaciente constatación de ello en su historia reciente y también por un divorcio parlamentario con el nacionalismo catalán: en 1995, la CiU de entonces le retiró su apoyo, le impidió aprobar los Presupuestos y Felipe González convocó elecciones anticipadas. Dio por finiquitada aquella legislatura, y las elecciones que se celebraron en marzo de 1996 le dieron el Gobierno a José María Aznar.

Sánchez, al borde del abismo

La agónica situación en la que queda Sánchez tras el nuevo y rotundo no que este domingo le han dado los delegados de Junts en Suiza lo coloca al borde del abismo, en plena cuenta atrás para que el techo de gasto se presente a votación por segunda vez en el Congreso. Pero el PSOE seguirá intentándolo hasta el último minuto.

Que los de Puigdemont hayan aceptado sentarse a negociar en Suiza ha sido interpretado por el sanchismo como una puerta abierta, una oportunidad otorgada por los de Puigdemont para seguir dándole oxígeno. «Si el no fuera absoluto y definitivo, les habría bastado con no aceptar esta negociación», dicen fuentes socialistas que confiaban en reconducir la situación con Junts. Pero, a la vista de cómo marchan las conversaciones, ese optimismo más o menos moderado con los que aterrizó en Suiza el avión en el que viajó la delegación de Sánchez se ha tornado en un nerviosismo cada vez más intenso. «Volver con un fracaso de la negociación y con una negativa total a votar el techo de gasto, lo que es impedir la aprobación de Presupuestos para 2025, será difícil de digerir», indican las mismas fuentes. «Y si ese portazo ya estaba decidido por Junts cuando comenzaron estas reuniones, el viernes, el encuentro de Suiza habrá sido un escarnio para Sánchez», confiesa esta misma voz socialista.

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