Juan Carlos I

Un juez de Barcelona pide al Reino Unido poder interrogar a un amigo del Rey emérito

Rey Juan Carlos amigo
El Rey emérito Juan Carlos I a su salida de Madrid con dirección Abu Dabi tras su visita a España en mayo.

El Juzgado de Instrucción 29 de Barcelona ha solicitado la colaboración de las autoridades del Reino Unido para poder interrogar a un amigo íntimo del Rey Juan Carlos I. Se trata de Allen Sanginés-Krauser, el millonario empresario mexicano que está siendo investigado por un presunto fraude a Hacienda por un importe de unos 600.000 euros.

Junto a Krauser, el juez investiga al médico del rey emérito Manuel Sánchez como presunto autor del fraude. El Juzgado de Instrucción número 29 de Barcelona, que instruye el proceso judicial, tramitó a principios del pasado mes de noviembre una comisión rogatoria (solicitud de ayuda y cooperación internacional) a través del Ministerio de Justicia para poder interrogar a Sanginés-Krauser en el Reino Unido, al no haberlo podido citar para declarar en calidad de imputado en el supuesto domicilio que tenía en España.

El empresario mexicano vive en Gran Bretaña, aunque no se descarta que tenga su residencia en otro país europeo. Por lo tanto, en el caso de que no se le localizara, se deberían extender su búsqueda en otros lugares. Como consecuencia del Brexit, las peticiones judiciales españolas se tramitan por comisión rogatorias. Para poner en marcha este procedimiento en el extranjero, la fiscalía ha tenido que presentar en el juzgado las preguntas que se trasladarán al magnate investigado, según informa El Periódico.

Por tanto, se les atribuye presuntamente haber simulado la ampliación de capital de la sociedad que gestiona el centro del ese facultativo, la Cínica DeSánchez, situada en la parte alta de la capital catalana. Sánchez es uno de los médicos de confianza del rey emérito y uno de los especialistas más reconocidos de la medicina preventiva y de longevidad. Su relación con Juan Carlos I se remonta a cuando trabajaba en la Clínica Planas de Barcelona como jefe del departamento de estética y nutrición. Eran habituales las visitas del entonces jefe del Estado para someterse a tratamientos.

Cuando el médico abrió su propia clínica en un palacete modernista, la Casa Alemany, esta relación continuó. De su mano, el emérito lucha contra el envejecimiento. Algunos tratamientos no fueron pagados por Juan Carlos I, sino por su íntimo amigo, el magnate Sanginés-Krause. Las donaciones del empresario al rey emérito fueron investigadas en su día, pero la Fiscalía del Tribunal Supremo las archivó porque el exjefe de Estado había presentando una regularización ante la Agencia Tributaria.

La fiscalía concreta en su querella que las rentas reflejadas en las declaraciones de IRPF del periodo 2016 a 2018 presentadas por el médico investigado “fueron solo una mínima parte de las que realmente percibió”, pues, a su entender, “ocultó” en esos ejercicios otras retribuciones por un importe de 1,3 millones de euros, que realmente provenían de la prestación de sus servicios profesionales como facultativo “de reconocido prestigio y con una clientela con elevada capacidad económica”.

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