España

Montero sobre su relación con Pablo Iglesias: «El amor romántico es opresor, patriarcal y tóxico»

Aún no es portada de la revista Vogue, como las ministras de Zapatero, pero todo llegará. Sentada en un estudio de pintura, descalza y con la cara tiznada por trazos de colores, bajo el titular «Irene Montero: la jefa de la tribu». Así posa la portavoz de Podemos en una entrevista concedida al suplemento Fashion&Arts del grupo Prensa Ibérica, en la que por primera vez habla sobre su relación sentimental con Pablo Iglesias.

«Pablo es un hombre de corazón inmenso, de ideas claras y que disfruta de conocer, saber y aprender, además de una persona profundamente sensible», afirma Montero sobre su pareja.

La portavoz de Podemos explica con las siguientes palabras cómo nació su relación con el secretario general del partido: «En la política mucha gente pasa muchas horas juntos y terminan siendo grandes amigos o pareja. Pero creo que en el medio laboral le ocurre a mucha gente. ¿Dónde conoces a tus primeros rollos? Pues en el colegio, en el instituto, en la universidad o en el centro de trabajo, donde convives. Yo conocí a Pablo en un acto en Vallecas… y nos pusimos a trabajar juntos».

«¿Usáis la palabra ‘camarada’?», pregunta el entrevistador con sorna. «Ya no», puntualiza Irene Montero, «y me parece una palabra bella. En España, en ámbitos de izquierda, es como un reconocimiento. En Chile, en los mismos ámbitos se dice compañero. Me gusta más compañero, pero tampoco le tengo miedo a la palabra pareja».

«Me gustan las canciones machistas»

A continuación, la portavoz de Podemos aclara que aunque son «pareja», lo que hay entre ambos no es exactamente «amor romántico»: «Aunque tengas muy claro que el mito del amor romántico es algo opresor, patriarcal y tóxico, nuestra educación de forma implícita nos construye. Es verdad que una no se construye de una vez y para siempre, puede reflexionar, por ejemplo, cuando siente celos. Que lo sientas no lo dota de legitimidad».

Porque, según aclara Irene Montero, «el feminismo es mucho eso: una interpelación constante a una misma. Sabemos que algo que estamos sintiendo forma parte de esa construcción cultural, pero a veces estás hasta las narices de luchar y hay dos minutos al día en que quieres sólo sentir. Y tienes que ser capaz de hacerlo».

El retrato de Irene Montero para la revista cultural del grupo Prensa Ibérica.

En la entrevista, la número 2 de Podemos se muestra como un manojo de contradicciones. Pese a ser una de las abanderadas del feminismo en el partido, reconoce que le gusta escuchar «canciones de estas que son machistas, infames y todo lo malo, como de Daddy Yankee, o Carlos Baute, o Despacito… pues me lo pongo. Bueno, claro, y Silvio Rodríguez y todo eso que nos gusta y que ya sabe todo el mundo.». También explica que se ha abonado a las plataformas de televisión Netflix y HBO para ver las series favoritas de Pablo Iglesias.

En otro momento de la entrevista, Irene Montero reconoce que es «mandona» y bastante «rencorosa», a su manera. Al respecto, indica lo siguiente: «Me acuerdo de una frase que decía mi tía: Yo no soy rencorosa, pero el que me la hace me la paga. En parte estudié psicología para tratar de comprender al otro. No olvido, y además tengo pronto, tengo mal humor, puedo ser muy brusca… Pero a la vez he ido aprendiendo a entender al otro. Soy capaz de perdonar y de reconciliarme. De olvidar, no».

«Granjas de mujeres embarazadas»

En la entrevista, Montero sostiene que la política española más «atractiva» es la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Y reafirma su rechazo a la gestación subrogada, los llamados vientres de alquiler, por considerar que supone una «mercantilización del cuerpo de la mujer».

«La maternidad subrogada es un debate impuesto», afirma, «es verdad que una parte de los colectivos gais pueden ser favorables porque amplían sus posibilidades para ejercer su derecho a la paternidad, y la mayoría de los colectivos feministas, aunque en esto hay debate, están en contra. Yo tengo una posición meridiana: estoy contra la mercantilización del cuerpo de la mujer, contra convertir esto en una institución social, contra las granjas de mujeres embarazadas».

Aunque probablemente lo más jugoso de la entrevista es el retrato que se ofrece de Irene Montero, a raíz de su intervención en la fallida moción de censura contra Mariano Rajoy en las Cortes: «Su imagen de joven airada y elocuente enfrentada a un gris registrador de la propiedad, un sexagenario de verbo alfonsino, fue la foto para la historia que regaló la moción de censura de Pablo Iglesias», señala el suplemento.

Y añade la publicación: «Pudorosa, concienzuda y locuaz, Montero, psicóloga de expediente ejemplar en la educación pública, se trascendió a sí misma y se convirtió en resumen y propuesta de una España distinta: femenina, joven, osada y dispuesta a pelear por una generación y un país que ya no se reconoce en las corbatas».