España
Crisis del coronavirus

El Gobierno pagó casi 6 veces más por la máquina de fabricar mascarillas comprada para el Ejército

Este aparato puede adquirirse ahora mismo en el mercado asiático por 70.000 euros

El Gobierno no activó la fabricación española de mascarillas hasta un día antes de la alarma

El Gobierno de Pedro Sánchez ha pagado casi 6 veces más por la máquina de fabricar mascarillas comprada para el Ejército que el precio de mercado de este tipo de artefactos. Este aparato adquirido por el Ministerio de Industria a la empresa Mondragón Assembly con factoría en Kunshan (China) habría rondado los 400.000 euros, según publicó El Correo en una información con testimonio del gerente de Bexen Medical, Carlos Arsuaga, cuya empresa se ha quedado con tres máquinas idénticas.

El mismo diario cifra el desembolso de Bexen Medical por los tres dispositivos en 1,2 millones de euros. El cuarto aparato traído desde China por el Ministerio de Industria ha ido para el Centro Militar de Farmacia del Ejército en Burgos.

Sin embargo, según ha podido saber OKDIARIO de fuentes del sector, una máquina similar a la montada por Mondragón Assembly —que se ha valido de ingenieros chinos— puede adquirirse ahora mismo de un fabricante del país asiático por un precio de mercado de 70.000 euros. Y sobre todo, subrayan las mismas fuentes, con plenas garantías de prestar la «misma capacidad de producción» que el dispositivo comprado por el Ministerio de Industria para el Ejército o los otros tres equipos adquiridos por Bexen Medical a Mondragón Assembly, una compañía de su misma corporación, la Corporación Mondragón. Un fabricante que vende a ese precio de mercado es Oyade Machinery Equipment, con sede en Shandong (China).

Bexen Medical (marca comercial de Oiarso Sociedad Cooperativa) es la empresa a la que el Ministerio de Sanidad ha encargado producir 60 millones de mascarillas tipo IIR (10 millones de unidades al mes) por un importe de 10.890.000 euros, IVA incluido, según consta en el contrato sellado por la dirección del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa), dependiente del departamento de Salvador Illa.

Máquina para la fabricación de mascarillas más barata que la adquirida por el Gobierno.

Bexen Medical, con sede en Hernani (Guipúzcoa), fue contactada por Sanidad el 13 de marzo —un día antes de la alarma— sin estar especializada en la fabricación de mascarillas. Desde esta empresa indicaron que no podían asumir dicha producción masiva sin las máquinas que Mondragón Assembly —una compañía de su misma corporación— monta en su planta filial de Kunshan (China). El Gobierno aceptó entonces traer tres de esas máquinas para Bexen Medical y una cuarta para el Ejército.

Un avión IIyushin II-76 con estos dispositivos fue recibido por la ministra de Industria, Reyes Maroto, el pasado viernes 17 de abril en la base militar de Torrejón de Ardoz (Madrid). Los aparatos fueron transportados por el Ejército hasta el País Vasco y el Centro Militar de Farmacia de Burgos. Según las fuentes del sector consultadas por este periódico, el coste de traer una máquina de este tipo en un carguero procedente de China alcanza los 20.000 euros, pero el Gobierno puso «facilidades» en el caso de dichas máquinas, según las propias empresas.

Caso omiso

Además, se da la circunstancia de que una empresa española llamada Medicare System se puso desde el inicio de esta crisis a disposición del Gobierno para la fabricación masiva de mascarillas. Pero el Ejecutivo hizo caso omiso a tal ofrecimiento y acudió a Oiarso Sociedad Cooperativa (Bexen Medical), pese a no estar especializada en la producción de mascarillas, y a la planta deslocalizada de Mondragón Assembly en China.

Por su parte, Medicare System cuenta con maquinaria para hacer mascarillas quirúrgicas y FFP2, con una capacidad de producción de 10 millones de unidades al mes, generando además 26 nuevos puestos de trabajo.

Expedientes

En este contexto, el grupo parlamentario de Vox en el Congreso de los Diputados ha exigido al Gobierno toda la documentación de los expedientes de tales contratos, poniendo en cuestión que el Ejecutivo socialcomunista recurriera a estas empresas sin experiencia previa en la fabricación de mascarillas, sin disponer de antemano de las máquinas necesarias para su elaboración y sin tener tampoco la materia prima requerida para confeccionar este producto.