Por el Máster de Cifuentes

Génova asume que C’s va a por todas con la moción de censura

Cristina Cifuentes
Mariano Rajoy, con Cristina Cifuentes, en la Convención Nacional del PP.
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

La dirección del Partido Popular asume ya que la moción de censura contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, es imparable. Eso, a no ser que Cifuentes dimita justo antes del debate, un escenario que aún no se precisa.

Sin embargo, fuentes ‘populares’ admiten la dificultad de lograr un acuerdo in extremis con Albert Rivera para evitar su apoyo a la moción. Por ejemplo, congelándolo hasta que exista algún indicio de ilegalidad contra Cifuentes. En ese caso, sería más fácil dejarla caer y justificar un recambio.

Pero ese es, precisamente, el gran handicap que aprecia el PP. Al contrario que en Murcia, donde mediaba ya una imputación sobre el entonces presidente regional, Pedro Antonio Sánchez, en Madrid el procedimiento judicial es incipiente. Y no se espera que se acelere. Las fechas clave son además inminentes: el 7 de mayo expira el plazo para celebrar la moción. Y el día 2, Día de la Comunidad, muchos querrían tener ya el asunto «resuelto».

Entre tanto, Ciudadanos mantiene su discurso. Los de Rivera solo admiten una tesitura: o Cifuentes dimite o se apoyará la moción. A día de hoy, la decisión es clara: no abortará la iniciativa, presentada por el PSOE y apoyada por Podemos. Aunque sí pondrá condiciones: que los de Iglesias no tengan participación alguna en el futuro gobierno, y que este tiempo-hasta las elecciones-se aproveche para «abrir cajones» sobre la gestión del PP en Madrid. Un escenario que preocupa sobremanera a los ‘populares’.

Con la polémica enrocada, las salidas son así muy limitadas. Pese a ello, siguen las conversaciones, más informales que formales, entre Génova y la dirección ‘naranja’. El clima, sin embargo, es de desazón para el PP. Sobre todo, porque los de Rivera han llegado a la conclusión de que el coste electoral de mantener a Cifuentes es mayor que respaldar al PSOE. Y porque minimizan el argumento del PP de que su apoyo a la moción les sitúa con los «extremistas». Porque, convienen fuentes de la dirección de Rivera, «nadie ve a Gabilondo como un radical».

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha tratado en los últimos días de enfriar la crisis, pese a que la advertencia directa de Cifuentes-«solo dimitiré si mi presidente me lo pide»-le obligue a tomar decisiones. Tanto en Génova como en el Gobierno se asume que, pese al intento de dejar pasar los días, es imperativo hacer algo. En público, ya solo la secretaria general, María Dolores Cospedal, apoya sin fisuras a la dirigente madrileña. Y el propio Catalá verbalizó estos últimos días el sentir mayoritario en el partido, y en La Moncloa: «Hay elementos que han añadido incertidumbre». El argumentario insiste en remitirse a la investigación. De la defensa a Cifuentes, ni palabra.

Este jueves, la presidenta madrileña ha aprovechado la sesión de control al Gobierno en la Asamblea de Madrid para atacar a Podemos y Ciudadanos. A los de Rivera les ha sacado la información, revelada por OKDIARIO, según la cual la diputada Marta Marbán ha utilizado su puesto de trabajo para enviar material electoral. Cifuentes ha afirmado así que es Ciudadanos el que «incumple el acuerdo de investidura» , al tiempo que ha insistido en que ella no está imputada ni ha cometido ninguna ilegalidad. Según la presidenta madrileña, Ciudadanos busca un «pretexto» para apoyar la moción de censura para que «en Madrid gobierne la izquierda radical».

 

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