España
Juicio 1-O

El ex letrado del Parlament sobre los golpistas: «Reclamarse víctimas de represión es manipulador»

Un libro que acaba de publicar el exletrado mayor del Parlament Antoni Bayona acusa al independentismo de haber "dañado" a las instituciones catalanas con la unilateralidad, pero rechaza que los hechos de octubre de 2017 impliquen delitos de rebelión y sedición.

Antoni Bayona -que dejó el cargo en junio de 2018 pero sigue como letrado raso- fue testigo de los días más intensos de septiembre y octubre de 2017, cuando se declaró la república, y los analiza en ‘No todo vale. La mirada de un jurista a las entrañas del procés’ (Editorial Península).

Una de sus tesis es que defender la independencia es un proyecto político «legítimo», pero cree que se ha hecho al margen de la ley, desobedeciendo en repetidas ocasiones al Tribunal Constitucional (TC) y pese a advertencias de letrados del Parlament.

«El juicio de verdad debe ser político y social, para exigir responsabilidades a los que nos llevaron hasta aquí y pusieron en riesgo a las mismas instituciones, causando unos daños a la sociedad de los que difícilmente se recuperará a corto y medio plazo», concluye.

Así, es crítico con el soberanismo catalán, pero cree que no hubo rebelión, porque tras declarase la independencia se demostró que no había «un plan mínimamente elaborado y coordinado» para implementarla, y la iniciativa quedó en una fantasía y un despropósito que no fue más allá de una resolución parlamentaria, según él.

Considera que «la manera de proceder de los responsables implicados es muy poco respetuosa con el principio de legalidad y con el deber de acatar las resoluciones judiciales, lo cual es ciertamente grave, (…) pero no constituye rebelión en el sentido que establece el Código Penal».

También defiende a España como un país democrático y critica al independentismo: «Reclamarse víctimas de la represión, como si estuviéramos en pleno franquismo o en un régimen autoritario, es desproporcionado y manipulador».

«Cierta hostilidad»

Bayona, que en el pasado firmó varios informes que advertían al independentismo de que sus planes suponían desobedecer al TC, califica como «días de la infamia» el pleno del 6, 7 y 8 de septiembre de 2017, cuando se aprobaron las leyes del referéndum y de transitoriedad jurídica.

Para él, el problema es que las leyes fueran inconstitucionales, como luego dictaminó el TC, pero también que se tramitaron por una vía de urgencia que significó –en sus palabras– hacer añicos el Reglamento del Parlament, y «arrasó todos los derechos de la oposición».

«Lo que muchos pensaron que sería una fiesta de la democracia derivó en el caos, y desprestigió a la institución parlamentaria. Personalmente sentí pena y vergüenza de tener que vivir semejante espectáculo», rememora.

Y asegura que, a partir de sus posicionamientos contra movimientos parlamentarios del independentismo, empezó a «percibir una cierta hostilidad no solo por parte de ciertos políticos, sino también de algunos trabajadores del Parlament».

Sí elogia la actitud de los diputados de la oposición en aquellos días: alude a flema y educación de José María Espejo-Saavedra (Cs); finura jurídica de Ferran Pedret (PSC); capacidad argumental y mediadora de Joan Coscubiela (SíQueEsPot), y «serenidad» de Alejandro Fernández (PP).

Crítica al Gobierno central

Justifica el título del libro, ‘No todo vale’, como una crítica al independentismo y además al Gobierno central por cuestiones como las cargas policiales del 1-O.

Para él, «se han cometido excesos desde las instituciones catalanas y estatales, y es importante que se explique cómo se reparten responsabilidades».

No a la investidura telemática

Bayona, que lamenta que en demasiadas ocasiones se ha puesto a los letrados del Parlament «en el disparadero», insiste en que no es posible investir a distancia un candidato a presidir la Generalitat, en alusión a una eventual investidura de Carles Puigdemont.

«Esta pretensión de gobernar a distancia, esto es, sin capacidad real para hacerlo en las condiciones que presupone una responsabilidad de esta naturaleza, no me parece una opción realista», resume.