España
Crisis del coronavirus

Europa impone la FFP2 mientras Sanidad aún dice que «no hay mejor mascarilla que los 2 metros»

  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Francia y Alemania han abierto el debate en Europa sobre la obligatoriedad de las mascarillas FFP2, las que más protegen de la propagación del virus por aerosoles, en espacios cerrados.

En plena crisis de la tercera ola, varios países han tomado la iniciativa de ser más restrictivos con los tipos de mascarillas que utiliza la población general. Alemania, por ejemplo, rechaza el uso de las mascarillas de tela, y el estado de Baviera ya impone las FFP2 en transporte público o comercios. En Francia se han prohibido todas las mascarillas caseras y algunos tipos de tela cuya eficacia no esté asegurada. En España, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha sido el primero en plantear a Pedro Sánchez que haga obligatorias las FFP2 en determinadas situaciones, como el transporte público. Sin embargo, el Gobierno rechaza abrir el debate y sigue cuestionando el uso generalizado de estas mascarillas, más caras ya que el Ejecutivo las dejó fuera de la bajada del IVA. De hecho, en los informes del Ministerio de Sanidad aún se sostienen tesis del tipo «no hay mejor mascarilla que mantener dos metros de distancia entre las personas». Una afirmación, a la vista de la preocupante situación epidemiológica, ciertamente controvertida.

Así se recoge, en concreto, en el documento ‘Recomendaciones sobre el uso de mascarillas en la comunidad en el contexto del Covid-19’. Está fechado el 10 de junio, pero aún sigue disponible, sin actualización alguna, en el portal en el que Sanidad pone a disposición de profesionales y ciudadanos todos los protocolos y recomendaciones sobre el virus. Desde ese 10 de junio, Sanidad no ha modificado sus consejos, a pesar de que la evidencia científica ha demostrado con creces el riesgo de la transmisión por medio de aerosoles en espacios cerrados.

Ya en la primera hoja del documento se puede leer lo siguiente: «En los individuos infectados por SARS-CoV-2 y en sus contactos estrechos, el uso de mascarilla quirúrgica es prioritario frente a otros tipos de mascarillas» o «la mascarilla higiénica es la opción recomendable para el uso por parte de la población general sana por su buena capacidad de filtración, comodidad y por su posibilidad de reutilización».

En otro momento, se llega a afirmar incluso: «No hay aún un consenso claro respecto al uso de mascarillas quirúrgicas en el ámbito comunitario a nivel internacional para la prevención de la infección por SARS-CoV-2. La falta de evidencia ha provocado que, hasta ahora, no se haya recomendado que las personas que no tienen síntomas o que no están a cargo de la atención de pacientes deban usar una mascarilla quirúrgica para reducir el riesgo de transmisión de Covid-19».

«Entre los países de Europa occidental, la política más extendida es una recomendación u obligación del uso, para toda la población (excepto niños pequeños), de mascarillas higiénicas o cualquier pieza textil que cubra nariz y boca, pero restringida al transporte público y/o espacios cerrados (por ejemplo, locales comerciales)», se puede leer también en el documento en cuestión.

«Una medida más»

En el apartado sobre «recomendaciones generales», se advierte de que «el uso de mascarillas es una medida más de prevención de la transmisión del virus que no sustituye a las demás» y que «no hay mejor mascarilla que mantener dos metros de distancia entre las personas».

En ningún momento se habla de las mascarillas de tipo FFP2. Incluso a las personas con síntomas evidentes de enfermedad se les dicen que hagan uso de la mascarilla quirúrgica «cuando estén en presencia de otras personas». «El uso de este tipo de mascarilla es prioritario frente a otros tipos», se señala.

El Gobierno admite, además, que «las recomendaciones sobre el uso de mascarillas en la comunidad deben tener en consideración la evidencia científica, la disponibilidad y los posibles efectos secundarios negativos, con una visión de la salud poblacional en su conjunto».

La animadversión del Ejecutivo hacia las mascarillas FFP2 contrasta, en cambio, con el hecho de que, en los últimos tiempos, varios miembros del Gobierno, incluido el presidente Pedro Sánchez, utilizan con más frecuencia este tipo de prenda de protección. Un hecho que quedó de manifiesto este miércoles, en la toma de posesión de los nuevos ministros: la titular de Sanidad, Carolina Darias, optó junto con Sánchez y Miquel Iceta por una FFP2. Salvador Illa, por una de tipo quirúrgico.

El debate está servido. Y en esa polémica, siempre se recuerda la rotunda afirmación del propio director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, quien llegó a calificar a estas mascarillas de «egoístas» porque, consideró, están pensadas para que la persona que las lleva no se infecte. Las quirúrgicas serían, por el contrario y según Simón, las «altruistas».

La Comunidad de Madrid, presidida por Isabel Díaz Ayuso, ha sido pionera en apostar por el tipo más seguro de mascarilla. En mayo, puso a disposición de todos los madrileños, a través de las farmacias, una FFP2. Y ahora repite estrategia. Este jueves, la dirigente autonómica ha anunciado que, a partir de la próxima semana, se van a entregar dos nuevas mascarillas FFP2 gratuitas a los mayores de 65 años, también a través de las farmacias.