Del boli negro y el boli rojo de Rajoy, a los insultos de Pedro Sánchez
A pesar de haber anunciado que quería un debate sosegado, de datos y nada agresivo, Mariano Rajoy ha salido a a por todas. Con cuatro montones de folios sobre la mesa, dos bolígrafos, uno negro y otro rojo, nada de bolígrafo especial, no, dos bolígrafos pilots, de los de toda la vida. El azul para anotar, el rojo para marcar o subrayar.
Pedro Sánchez colocó dos montones de papeles, sólo dos, y un tercero dedicado a las portadas de los periódicos con los que imaginamos, quería sorprender a su contrincante, aunque, si estaban a la vista, de poca sorpresa sirvió. El candidato socialista utilizó la mesa auxiliar situada a su izquierda en multitud de ocasiones, bien para rehuir la mirada de Rajoy, bien para buscar documentación, el caso era utilizarla.
Las interrupciones del líder socialista fueron constantes a lo largo de todo el cara a cara. Como ya hiciera en el debate a cuatro, Pedro Sánchez se rió, protestó, interrumpió y gesticuló sin cesar, lo que evidenciaba su malestar, enfado, nerviosismo o sorpresa, es decir, un libro abierto además de llegar a ser cansino con tanta interrupción.
Por su parte, un Mariano Rajoy impertérrito, no perdió el hilo de su discurso en ningún momento, datos, datos y más datos. Utilizó muy bien sus armas. Mientras Sánchez hablaba, el presidente anotaba, leía, repasaba sus papeles, es decir, todo valía con tal de no mirar al líder socialista y crearle algún tipo de inseguridad. Sin embargo, cuando era él el que tenía el turno de palabra, su mirada la mantuvo firme en su contrincante.
Además de las interrupciones constantes, Sánchez utilizó el método de Pablo Iglesias, sí, el de :»no se ponga nervioso» o «déjeme terminar que le veo nervioso». Lo utilizó fundamentalmente en el bloque de la corrupción. Aunque no sirvió de mucho, a pesar de que fueron los minutos más tensos para Mariano Rajoy, fue absolutamente contundente.
Y llegó el momento, el gran momento. Pedro Sánchez sacó toda su artillería con Bárcenas y aquí, dos errores. El primero, imperdonable, se hizo un lío para citar el famosísimo SMS de Rajoy a su ex tesorero y, en lugar de decir: «Luis sé fuerte» , dijo:»todo… estemos tranquilos, sé fuerte Luis». Y dos. ¿Por qué, si pretendía sorprender o que Rajoy no tuviera oportunidad de preparar todas las respuestas, anunció hace ya una semana que iba a «sacar a pasear a Bárcenas en el debate»?
Eso sí, este momento fue el más brillante de Sánchez, enumerando uno a uno los casos de corrupción. Único instante en que el presidente del Gobierno se puso nervioso, y dijo «ruiz» en lugar de «ruin». Todo bien hasta que llegó el insulto. En ese punto, el socialista sorprendió sacando su lado más macarra, una faceta que desconocíamos hasta el momento y que fue, sin lugar a dudas, el patinazo que le hizo perder este primer y único cara a cara de la campaña.
Lo último en España
-
Muere un hombre de 58 años en Córdoba por un golpe de calor después de trabajar en la calle
-
Ábalos y Koldo se acogen a su derecho a no declarar en el Supremo, como avanzó ayer OKDIARIO
-
Gritos de «¡corrupto y putero!» a Ábalos a su llegada al Supremo para comparecer por la trama PSOE
-
Gallardo hizo el acta con las notas de los rivales de David Sánchez el mismo día que firmó su contrato
-
Sánchez gasta 50 millones más en tener un ejército «ecológico» que en formarlo en ciberseguridad
Últimas noticias
-
El sector privado de la eurozona evita «a duras penas» la contracción en junio tras el rebote de Alemania
-
Claudia Bavel hace públicos los mensajes que recibió de Lamine Yamal: «Yo te doy mi consentimiento»
-
El Palacio de la Almudaina acogerá una exposición de Felipe VI para conmemorar los diez años de reinado
-
El dinero máximo que le puedes dar a tus hijos sin que Hacienda te pegue el palo de tu vida
-
Ni vinagre ni limón: el sencillo truco para evitar que te piquen por la noche los mosquitos en verano