España
FRACTURA EN EL EQUIPO DEL SECRETARIO GENERAL DEFENESTRADO

Luena ya es el único apoyo de Sánchez en la guerra total en el PSOE

La fractura del PSOE no es sólo en dos mitades. Hay muchos matices, fisuras, sensibilidades, que han convertido la guerra, ya abierta, en una batalla con un desenlace ciertamente incierto. 

El equipo de Sánchez, reunido este jueves en forma de una Ejecutiva que los críticos ya no reconocen, exhibió también abiertamente sus fracturas. De hecho, una inmensa mayoría de los allí presentes- en un encuentro que se prolongó durante casi todo el día- no ocultó su “desolación” por la situación a la que habían llevado las últimas decisiones en un partido ya completamente desbocado. 

De los 16 miembros- tenían que ser 18, pero las bajas imprevistas de Carmen Montón y Eva Díaz Tezanos menguaron aún más el aforo- al menos un 80 por ciento mostraron su disposición a buscar una tregua con el sector crítico. La fórmula, como avanzó OKDIARIO, sería una mediación exprés, a través de varias figuras de consenso, entre ellas Ángel Gabilondo, y otros miembros del partido, como la exministra Trinidad Jiménez. Incluso personas de la máxima confianza de Sánchez y pertenecientes a su ‘núcleo duro’, como Antonio Hernando, su portavoz parlamentario, u Óscar López, otro de sus máximos fieles en la dirección. 

Esa estrategia cuenta, no obstante, con una oposición frontal. La del hasta ahora secretario general, César Luena. Luena ha convertido la crisis abierta en el PSOE en una suerte de asunto personal contra los críticos y se resiste a cualquier solución intermedia. Quiere ir a por todas. Y esto es, seguir con la ‘hoja de ruta’ en la que Ferraz insistió este mismo jueves: la convocatoria de primarias el 23 de octubre y un congreso ‘exprés’, el próximo 12 y 13 de noviembre. Una propuesta que el sector de los críticos rechaza de plano.

El número dos fue el encargado de ‘torear’ el estallido de la crisis, el miércoles. Salió ante los medios, convencido de su propio argumentario: que los estatutos no contemplan en ningún caso la dimisión del secretario general y que el congreso se mantiene. Luena insistió en el mantra que desde entonces persevera. «Que voten los militantes». 

El escudo de la militancia es el argumento que, considera, debe hacer resistir a Sánchez y que enarbola con seguridad frente al envite de los críticos. «Se ha pretendido que la militancia no hable y eso es muy grave», llegó a decir. «Me pregunto si quienes temen al voto de los militantes del PSOE pueden dirigir el partido», añadió.

Luena lleva meses como el artífice total de la guerra de Sánchez contra Susana Díaz. Es por ello que, dentro del sector crítico, genere incluso más repulsa que el propio secretario general. Aupado desde la federación de La Rioja, de apenas un millar de militantes, Sánchez lo colocó a su llegada al poder socialista como su fiel escudero. Su gestión al frente de la secretaría de organización ha sido muy discutida, incluso por los propios ‘pedristas’. De tono poco cordial, se le reprocha su nula sintonía con las federaciones y sus prácticas autoritarias. De hecho, cabe recordar sus llamadas al orden al sector crítico, amenaza en mano, para silenciar a los partidarios de la abstención.

Una mermada ‘guardia de corps’

Así, en la mermada guardia de corps del secretario general, Luena es quien trata de evitar que Sánchez se desvíe de la ruta. Es más, desde el sector más duro de la dirección se reta incluso a los críticos a presentar una moción de censura para echar al líder del PSOE. Esta medida in extremis reviste de enormes inseguridades para el sector crítico: por un lado, para presentarla se exige el apoyo de al menos el 20 por ciento de los miembros del Comité Federal y, además, tendría que ser luego sancionada  «por la mayoría absoluta de los y las integrantes” de este órgano.

Así pues, y al menos a esta hora, el cónclave de este sábado sigue partiendo de una enorme división. Los críticos ya han advertido de que acudirán, pero para denunciar su ilegalidad. Tras las dimisiones en bloque del miércoles, este sector entiende que los órganos han quedado deslegitimados y que debe ser una gestora la que tome las riendas del partido. Ferraz sigue aferrándose a la discutible literalidad de los estatutos para asegurar que lo único que se contempla es la celebración de un congreso, en el que se decidirá sobre una nueva Ejecutiva. 

En la resolución, aprobada por el equipo de Sánchez este mismo jueves, se descarta expresamente la constitución de esa gestora y se recuerda además que los estatutos no prevén “en ningún caso” la disolución de la Ejecutiva. 

La misma resolución sugiere que se intentará algún diálogo para tratar de contener esa crisis. Así, se asegura, el trabajo de la dirección va “dirigido únicamente a resolver democráticamente y respetando nuestras normas esta situación de excepcionalidad orgánica”.

La duda es qué sería negociable. La fecha del congreso es la primera punta de lanza entre Sánchez y los críticos. El secretario general ha intentado que sea cuanto antes, a fin de acortar los tiempos que permitan a sus contrarios armar una candidatura alternativa.

Los críticos rechazan, no obstante, que el congreso se convoque ya y reclaman “repensar” con el suficiente tiempo el proyecto que necesita el socialismo. Esto se traduce, por tanto, en que ese cónclave se celebraría una vez se forme gobierno.

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, a la que ahora se dirigen todas las miradas, ya dejó entrever este jueves, en la reunión de su Comité director, que será ella quien rete a Sánchez en el liderazgo. Díaz se ofreció a “coser” y “unir” el partido, lo que se interpreta, mucho más allá de un mensaje conciliador, como una disposición a, esta vez sí, dar batalla por la secretaría general. 

Los socialistas andaluces respaldaron a puerta cerrada una resolución, con la que este sábado se presentarán en Ferraz, en la que instan a aplazar la fecha del congreso. La resolución fue aprobada por la práctica unanimidad de los miembros del comité director, salvo una abstención.