España

Carmena convierte los Plenos municipales en ‘La que se avecina’

El Palacio de Comunicaciones en Cibeles acoge la Alcaldía y el Pleno de Madrid. Cada mes y a veces de forma extraordinaria se dan cita los concejales de la ciudad de los cuatro partidos con representación: PP, Ahora Madrid, Ciudadanos y PSOE.

Las órdenes del día siempre traen sorpresas y las situaciones un tanto surrealistas se suceden. De errores en los nombres de los concejales a líos monumentales sobre lo que se vota. En estos últimos casos Carmena a pesar de su larga trayectoria en la magistratura no se fía de sí misma y recurre al fiel secretario que salva la papeleta una y otra vez.

Amor entre ediles de PSOE y Ahora Madrid

La concejala socialista, Mercedes González y el delegado de Urbanismo, José Manuel Calvo, parecen que están hechos el uno para el otro. González le confiesa que entre los suyos le llaman a Calvo «su novio» pero él no parece enterarse. «No habíamos dicho, Mercedes, que las intimidades fuera», ironiza el otro.

Sabanés de Ahora Madrid la lía

La delegada de Medio Ambiente ha tenido su minuto de gloria. En el último momento salta. Le dice al secretario que tenía una nueva redacción del texto a votar que proponía ella con el PSOE. Se requería la interpelación a otro grupo pero ante la insistencia del secretario, no lo duda al propio PSOE. Ella misma ante la ocurrencia se lleva las manos a la cabeza. Esperanza Aguirre ha aprovechado el momento para evidenciar la situación.

La alcaldesa no acierta con los nombres de los concejales

Un clásico. La exjueza no se le da bien los nombres. Su mala suerte se centra con el Partido Popular. Esta vez de nuevo ha sido el número dos de la formación azul en el Consistorio, Íñigo Henríquez de Luna que para Carmena es Hernández. «Hacía mucho tiempo que no me equivoco», ha espetado la de 72 años.

Carmena expulsa a uno de los suyos

Otro momento surrealista ha sido la expulsión del responsable de Seguridad del grupo de Ahora Madrid. «¡Falta un concejal de Ahora Madrid!», se ha gritado. Todo el mundo ha empezado a escudriñar quién faltaba. Se trababa del máximo garante del orden de la ciudad, el delegado de Seguridad Javier Barbero. Pero ya era tarde. Una vez empezada la votación no podía entrar. Ha esperado fuera pacientemente a pesar del ademán de la Alcaldesa para que volviera a entrar cuando no podía. Después al reincorporarse ha sido recibido entre aplausos.