La Audiencia procesa al clan de ‘los Miami’: los hermanos López Tardón y ‘la reina de la coca’ ante el juez
La Audiencia Nacional ha procesado a 92 miembros del conocido como clan de ‘Los Miami’. El magistrado Ismael Moreno ha realizado el auto de procesamiento en el que se exponen los delitos cometidos por los 92 integrantes de esta compleja organización delictiva liderada por los hermanos Álvaro y Artemio López Tardón. La banda de ‘Los Miami’ introdujo en España al menos 7,5 millones de toneladas de cocaína con la intención de distribuirla por toda Europa, además de blanquear las decenas de millones de euros obtenidos de la venta de la droga.
En su auto de procesamiento, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 2 expone que los hechos cometidos por los procesados, entre los que se encuentra Ana María Cameno, conocida como ‘la reina de la coca’, son constitutivos de delitos continuado contra la salud pública, con sustancia estupefaciente que causa grave daño a la salud, en cuantía de notoria importancia, blanqueo de capitales, delito continuado contra la Hacienda Pública, falsedad documental, tenencia ilícita de armas y falsificación de moneda, entre otros.
En el caso de Álvaro López Tardón, en prisión en Estados Unidos donde cumple condena de 150 años por blanqueo de capitales, el juez le mantiene la orden de busca y captura nacional e internacional dictada en noviembre del año pasado. El pasado mes de febrero España pidió su extradición.
Precisamente éste, junto con su hermano, son los líderes de una de las cuatro ramas de la «complejísima organización delictiva» que solo en el año 2010 ganó 52 millones de euros por sus actividades ilícitas, según apunta el magistrado en su auto de 618 páginas. Ambos contaban en España, Estados Unidos y Colombia con una elaborada infraestructura para las operaciones de narcotráfico desplegadas desde Sudamérica hasta Europa.
Dicha infraestructura también les permitió planificar y ejecutar el desarrollo de complejas y variadas operaciones de blanqueo hacia Estados Unidos para las que se sirvieron de una diversidad de personas que les permitió el lavado de ganancias procedentes del narcotráfico a través de sociedades pantalla. Con este fin también utilizaron a numerosas personas como testaferros.
24 millones en un chalet de Madrid
Entre dichas sociedades figuran empresas de compraventa de vehículos de alta gama y muestra de ello es que algunos de los testaferros aparecen como titulares de numerosos coches como un Lamborghini Gallardo, un Lamborghini Murciélago, un Audi R 8, un Ferrari F 430 y un Ford GT.
Otro de los métodos empleados para el lavado del dinero es la simulación de la adquisición de un cuadro titulado ‘El almuerzo’ de Velázquez, tratándose en realidad de una «burda manipulación», dice el juez, por un valor de 24 millones de euros, fingiendo su venta posterior por 880.000 euros. En el contrato falso aparecía como compradora la entonces pareja de Álvaro López Tardón, Sharon Cohen, representando a una sociedad panameña con la que no guardaba en realidad ningún vínculo.
Del registro efectuado en un chalet de Madrid propiedad de los hermanos López Tardón, la Policía encontró la cantidad de 23.974.853 euros en metálico, la mayor parte oculta en zulos practicados en la vivienda, que contaba con extremas medidas de seguridad formadas por una red de cámaras de vigilancia de la más alta tecnología. De hecho, para hallar el dinero, los agentes tuvieron que picar el suelo de algunas habitaciones, levantando las plaquetas para hallar, entre otros, un ‘zulo’ en el que se escondían más de 700 paquetes de plástico cerrados al vacío.
En el registro de la vivienda se incautaron también de folios con tres conceptos ‘A1 – 19.000.000. A2 – 10.000.000. A3 – 5.354.000’, junto con la suma de estos tres conceptos: 34.354.000. El primero y el tercero se trataban, según el juez, de las cifras de dinero halladas en la vivienda de la calle Azaleas, mientras que «el segundo de aquellos conceptos refleja la cantidad de dinero que, todavía al día de hoy, se encuentra escondida en un tercer zulo poseído por la organización criminal en algún lugar ignorado y que hasta el momento presente no ha podido ser localizado».
Laboratorio clandestino
La segunda rama estaba liderada por el matrimonio formado entre Ana María Cameno y David Vela, quienes, junto a otros integrantes, se encargaban de recibir la cocaína en España y distribuirla a numerosos sujetos, entre ellos los miembros de las ramas tercera y cuarta. Para ello contaban con un gigantesco laboratorio en una finca rústica de Villanueva de Perales (Madrid) para la fabricación, manipulación y adulteración de las sustancias estupefacientes, en el cual trabajaban «cocinando» cuatro profesores de Bioquímica de la Universidad Javeriana de Bogotá-Colombia.
«Estos cuatro individuos se desplazaron desde su país natal, Colombia, hasta España para encargarse no sólo de la instalación propiamente dicha del gigantesco laboratorio clandestino poseído por la trasnacional banda criminal en la finca rústica ubicada en Villanueva de Perales, sino también para desarrollar, utilizando sus conocimientos, el complejo proceso de fabricación, elaboración y adulteración de la sustancia estupefaciente, mediante el empleo de las ingentes cantidades de productos químicos», reza la sentencia.
Uno de los miembros de este grupo se valía de un primo suyo policía municipal para obtener información de las placas de matrícula de coches de los que sospechan pueden pertenecer a la Policía, hechos por los que se ha seguido otro procedimiento en un juzgado de Madrid contra dicho agente.
Fianza de 250 millones de euros
El tercero de los sectores de la macro organización estaba liderado por los hermanos Raúl y Víctor Juárez Smith, cuya función principal es la distribución y venta de gran parte de la cocaína que llega a España, mientras que el cuarto estaba comandado, siempre según el auto de procesamiento, por el hispano-colombiano Laurentino Sánchez Serrano y que, al igual que el anterior grupo, se dedicaba a la recepción, distribución y, además, al blanqueo de los fondos a través de un ficticio entramado empresarial.
En su auto, el juez instructor requiere a los procesados para que depositen fianza solidaria para asegurar las responsabilidades pecuniarias a las que pudieran ser condenados y que, en el caso de los López Tardón, ascienden a casi 250 millones de euros por los delitos contra la salud pública, mientras que en el caso de Artemio, además, la cantidad de 104 millones de euros por el blanqueo de capitales procedente del narcotráfico. Contra el auto cabe recurso de reforma en el plazo de tres días.