España

El abogado de Anna Gabriel facilita el alojamiento a la prófuga y su equipo en Suiza

  • Joan Guirado
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

Anna Gabriel ha elegido Suiza y vivir en Suiza es caro, muy caro. Una habitación en un piso compartido cuesta alrededor de unos 1.000 francos suizos mensuales, lo que equivale a unos 780 euros. Y un apartamento de una habitación alcanza los 2.000 francos suizos, 1.700 euros.

Sin trabajar y con un patrimonio declarado según la última declaración de bienes en el Parlament de 36.000 euros, vecinos de Ginebra auguran que la aventura de Anna Gabriel en el exilio no puede ser muy duradera… si no recibe ayuda externa.

Y aquí es donde entra en juego su abogado, Olivier Peter. Además de diseñar su estrategia jurídica y política lejos de los tribunales españoles, este letrado progresista y comprometido con intereses sociales similares a los de la ex diputada de la CUP, también le facilita a Gabriel la estancia en Suiza, fuera de la ciudad de Ginebra.

No es a la primera clienta a la que Peter da un servicio tan integral, y es que refugiarse en Suiza para contar con sus servicios tiene un coste muy alto para el bolsillo. Además del alojamiento, otros gastos del día a día, como un café o una botella de agua, supone desembolsar cinco francos suizos, lo que al cambio con el euro supone unos cuatro euros. Un menú en un restaurante cuesta sobre unos 30 francos suizos, sobre unos veintisiete euros y un billete de ida y vuelta en tren de media distancia entre Ginebra y Lausanne, un trayecto que estos días Gabriel realiza muy a menudo, cuesta 40 francos, unos 35 euros. A todo esto cabe tener en cuenta que la sanidad en Suiza se paga, y el seguro privado más barato con copago está alrededor de los 300 francos suizos, unos 250 euros.

El abogado suizo de Anna Gabriel

Con todo el séquito

Olivier Peter se ha puesto al servicio completamente de Anna Gabriel y el séquito que le acompaña en Ginebra, prestando incluso el jardín de su domicilio particular para grabar la entrevista que este martes emitió la televisión pública belga, y que se habría grabado a lo largo del pasado fin de semana.

Sin estar en la lista de los veinte mejores letrados suizos, pero con una gran especialización en derechos humanos y con experiencia en el Tribunal de Estrasburgo, Peter cobra una tarifa de cuatro cientos francos suizos la hora, unos tres cientos cincuenta euros cada sesenta minutos.

De media, por los casos que lleva se embolsa unos veinte mil francos suizos, unos diecisiete mil tres cientos euros. Teniendo en cuenta la complejidad del caso de Gabriel, con tres puntos de interés en Madrid, Ginebra y Estrasburgo, la cantidad a abonar puede llegar a doblarse.

La mayoría de ciudadanos suizos disponen de un seguro de abogados anual que cuesta ciento cincuenta francos y les cubre su defensa, pero Anna Gabriel no dispone de él y tiene que pagar la totalidad de los honorarios del letrado. O alguien, con mucha probabilidad la CUP, tiene que abonar dicha cantidad por el exilio de su ex diputada.

Regularizar la estancia

Si quiere trabajar en Suiza, deberá regularizar su situación. Si en un futuro no muy lejano Anna Gabriel decide ponerse a trabajar como educadora social o profesora de derecho, sus dos especializaciones, primero tendrá que regularizar su situación en el país y establecerse legalmente en Suiza, con todo lo que ello comporta.

Hasta ese momento tampoco podrá disponer de una cuenta bancaria en Suiza, con lo que si el juez Pablo Llarena le bloqueará preventivamente las que tenga en España, se quedaría sin la posibilidad de mover fondos.

Una vez regularizada su situación, Gabriel tendrá que pedir la convalidación de sus títulos según la ley Suiza, que se mira con lupa las convalidaciones. Y es que a diferencia de otros países, en Suiza los vecinos te denuncian si son conocedores que trabajas de forma irregular e incluso si bajas la basura a deshora.

Pero la rebelión se castiga solo con penas a partir de un año y según expertos en justicia suizos, en no más de tres años, motivo por el cual, ya han avisado que en caso de petición de extradición esta sería rechazada.