Bronca en Ciudadanos por la deriva nacionalista de Arrimadas

arrimadas-puigdemont-cataluña
La presidenta del grupo de Ciudadanos en el Parlament y jefa de la oposición en Cataluña, Inés Arrimadas (Foto: Efe)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Las últimas declaraciones de Arrimadas admitiendo que emitiría su voto en una consulta legal y con validez han levantado críticas dentro del partido por la supuesta tibieza de la líder catalana para frenar cualquier tentativa de los independentistas.

«Mi interés no es el de trabajar para una herramienta para declarar la independencia porque al final las consecuencias son las mismas, salir de España, salir de la UE y vivir peor, en definitiva, y perder oportunidades. Por lo tanto, nosotros lo que no haremos es trabajar para hacer un referéndum porque trabajar para reformar Cataluña es trabajar para reformar España» dice Arrimadas, este fin de semana, en una entrevista en el programa El Suplemento, de Cataluña Radio, y añade: «si se hace, el único escenario en el que yo podría participar es si fuese absolutamente legal y que tuviera validez, pero evidentemente este no es el planteamiento ni del presidente Puigdemont ni de su gobierno de la Generalitat”. Pese a los matices, las palabras han provocado el asombro tanto en las filas del partido de centro, como en el Partido Popular, desde donde han pedido a Albert Rivera que aclare si está de acuerdo con ellas.

No es la primera vez que la líder de Ciudadanos en Cataluña genera controversia por sus actos y manifestaciones respecto a la cuestión catalana. Hace apenas un mes, la polémica quedó servida con su asistencia a un acto de la Confederación Empresarial Comarcal de Terrasa (CECOT), una organización empresarial de corte independentista. En el evento estaban presentes Puigdemont y la presidenta del Parlament catalán, Carme Forcadell, a quien el auditorio dedicó una cerrada ovación que se interpretó como respaldo ante la querella de la Fiscalía por delitos de delitos de desobediencia y prevaricación.

En los últimos tiempos, Arrimadas ha insistido al Gobierno en la urgencia de poner en marcha una activa política de diálogo con la Generalitat, más allá de gestos como el nombramiento de un nuevo delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo. Es público que la líder de la oposición catalana acostumbra a ser muy crítica con las políticas del Partido Popular, a quien acusa con frecuencia de “inmovilismo” y de ausencia de una intención real de desencallar el problema con los independentistas, una postura que genera rechazo en filas populares.

Los reproches internos son cada vez más evidentes y han tenido ya en una de sus primeras consecuencias la dimisión de la eurodiputada Carolina Punset como miembro de la Ejecutiva. Una salida que está relacionada con el profundo desacuerdo con la dirección sobre la forma de encarar la crisis independentista en Cataluña.

Este viernes, fue Albert Boadella, uno de los fundadores, quien aprovechó su intervención en el debate “El nacionalismo y el populismo”, organizado precisamente por Punset en Madrid, para reprochar a Arrimadas su actitud ante el nacionalismo y censurar algunas de sus últimas intervenciones, como que “celebre una paella colectiva en el día de la Diada”.

Los reproches se extienden también entre bases y dirigentes, en un momento en que el partido trata de afinar su propuesta territorial y definir su apuesta para los próximos años. La formación habrá de aclarar este marco en su próximo congreso, en febrero. Y el debate es precisamente si mantener una postura cerrada e inmutable ante los regionalismos o apostar por la idea de una España repleta de “diversidad”, como defiende Arrimadas.

Rivera quiere más dureza

Su propuesta regionalista ha sido interpretada en esos sectores como una cesión al independentismo, incluso, según algunas fuentes, ha provocado desacuerdos en la Ejecutiva. Juan Carlos Girauta, portavoz del grupo parlamentario, ha instado a la dirección a marcar con firmeza los límites del partido ante el independentismo. Otras voces apuntan además a la frialdad en las relaciones entre Arrimadas y el propio Albert Rivera, pese a que éste es también partidario de renovar la visión política en Cataluña. No obstante, Rivera quiere que las postura queden claras cuanto antes y por eso pretende retomar los argumentos que se marcaron en la campaña del pasado 27-S, cuando Ciudadanos se coronó por sorpresa como líder de la oposición al independentismo con un rechazo rotundo a los planteamientos de Junts pel Sí y la CUP.

Ello no evita que en el entorno más cercano al presidente de Ciudadanos se apueste por revisar el actual planteamiento del Gobierno en Cataluña, con una mayor apuesta por la financiación y ciertos guiños, por ejemplo en política lingüística. Gestos, consideran, que “podrían desactivar a los independentistas no convencidos”, que son muchos, se añade.

Detrás de ese acercamiento estaría la intención de ganarse a las bases de Convergencia desencantadas con la actual deriva independentista del partido. No en vano, desde algunos sectores de la formación de centro, los últimos movimientos de Arrimadas se interpretan en clave de proximidad al proyecto que lidera su propio marido, Xavier Cima, quien fuera concejal con CDC. Cima salió del partido para fundar su propio movimiento, Lliures, una plataforma no independentista, aunque sí catalanista, que aspira a conectar con las bases convergentes que rechazan al Govern.

Lo último en España

Últimas noticias