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El tope al gas se retrasa por enésima vez y el sector no espera que entre en vigor hasta mediados de junio

La aprobación del tope al gas, la medida estrella del Gobierno para rebajar el precio de la luz y el IPC, se aplaza por enésima vez. Bruselas tampoco estudiará este miércoles la aprobación de la norma, que el Gobierno llevó a un consejo de ministros extraordinario el 13 de mayo sin contar con el visto bueno de la Comisión. De hecho, el sector eléctrico cree que no podrá entrar en vigor hasta la segunda mitad de junio como mínimo por este retraso y por las dificultades técnicas.

En aquel Consejo de Ministros, la ministra Teresa Ribera dijo que la medida estaría en marcha en dos semanas, pero ya han pasado dos y media, y como mínimo se retrasará una más su aprobación por la UE. Más lo que se tarde posteriormente en superar los obstáculos técnicos. Más sangrante es lo de Pedro Sánchez, que el 25 de marzo -cuando el Consejo Europeo admitió la «excepción ibérica»- dijo que entraría en vigor en un mes.

En todo caso, la medida estará en vigor menos del año prometido por el Gobierno, ya que terminará el 31 de mayo de 2023 independientemente de cuándo se apruebe. Cuanto más tarde en ponerse en marcha, menos tiempo se aplicará.

La semana pasada, el colegio de comisarios no estudió el tope al gas porque Ribera lo mandó tarde, pese a que simplemente tenía que remitir el texto publicado en el BOE. Ahora, el nuevo retraso se debe, según algunas fuentes, a que los servicios de la Comisión «lo están examinando con lupa». «Los flecos que quedaban parecen cortinas», señala una de ellas gráficamente.

Se rompe la unidad de acción con Portugal

Otras fuentes añaden que la unidad de acción con Portugal ya no es tan sólida como al inicio del proceso. El país vecino tiene mucha menos necesidad que España de imponer un tope al que el gas puede pujar en la subasta diaria del precio de la luz, ya que la mayoría de sus consumidores están en el mercado libre (contratos a plazo con tarifa fija), y los que están en el mercado regulado tienen el precio ligado a los futuros de la electricidad y no a la subasta citada. En España hay 10 millones de consumidores con tarifa regulada sometida a los elevados precios actuales del pool.

Las discrepancias han surgido porque el Gobierno español pretendía que los usuarios del mercado libre también asumieran la compensación a las centrales de gas (ciclos combinados), para que ésta se repartiera entre más consumidores y la rebaja en la tarifa regulada fuera mayor. Pero el Ejecutivo portugués se negó, y Ribera tuvo que aceptar que en España sólo asuman esa compensación los contratos nuevos y los que se vayan renovando. Algo con lo que Portugal tampoco está de acuerdo.

Y además, hay problemas técnicos

Además de los problemas con Bruselas y con Lisboa, están las cuestiones técnicas. El sector asegura que hay muchos problemas con OMIE (el gestor del mercado ibérico de la electricidad), al que han tenido que remitir una información masiva sobre en qué situación se encuentra cada consumidor, para saber si se le tiene que aplicar la compensación o no. Esto ha dado pie a errores, deficiencias de información, discrepancias sobre si determinados clientes están incluidos o no, etc.

Estas dificultades no se van a subsanar en unos días, según las fuentes consultadas, sino que llevará tiempo. De ahí esa estimación de que no podrá entrar en vigor hasta la segunda mitad de junio, como mínimo. Y posiblemente más tarde, a su juicio.