Economía

Qué errores evitar en las redes sociales

Las redes sociales son un elemento clave para promocionar un nuevo producto en el mercado. Son un medio a través del cual una parte muy importante de la población sigue el desarrollo de las empresas y de las novedades que ofrecen. Las más conocidas son:

– Facebook: se trata de una red en la cual se puede comentar y subir fotografías sobre cualquier tema o actividad que se haga. Es un espacio especialmente utilizado por la gente joven, por lo que el lenguaje y aquello que se publique no debe de tener un tono excesivamente formal.

– Twitter: en un máximo de 140 caracteres, se escribe aquello que se quiere transmitir. En este espacio sí es posible usar unas formas más estándares y sobretodo transmitir aquellas ideas clave de la empresa o frases relacionadas con la imagen o valores que se quieren transmitir.

– Instagram: espacio en el cual se cuelgan fotografías. La empresa puede inserir fotos de su local o de gente trabajando en una actitud positiva. Es muy visual y puede ayudar a transmitir una imagen de transparencia.

Errores comunes en redes sociales

En el manejo y uso de estas redes, a veces, se cometen errores:

– Buscar la cantidad y no la calidad: hay empresas que miden el éxito de una determinada campaña en función de, por ejemplo, los likes o retweets de una determinada mención o de la cantidad de seguidores que se tiene. Ahora bien, puede que mucha gente siga a la empresa pero poca preste atención a aquello que cuelga. Es muy fácil conseguir un gran número de seguidores con anuncios tipo “Síguenos y entrarás en el sorteo de…”. Es la forma más rápida de atraer nuevo público y de hacerse visibles.

Ahora bien, si después los internatutas no publican ningún comentario ni tampoco se aprecia ningún interés especial en las siguientes publicaciones, significa que la compañía no entra en sus prioridades y que solamente se clicó el icono con la finalidad de conseguir lo que se ofrecía de forma gratuita.

El éxito de una campaña en las redes sociales debe medirse por la respuesta que se recibe del público objetivo en forma de comentarios, preguntas o cuestiones que nos puedan hacer llegar, no de la cantidad global de personas que nos siguen. Hay que tener en cuenta que cada persona, en su muro, le aparecerán muchos contactos y puede que ni tan siquiera se detenga a leer nuestras publicaciones.

– Estar constantemente ofreciendo promociones: una cantidad exagerada de promociones transmite la imagen de ser una empresa poco seria que, desesperada por no vender sus productos, se ve obligada a ofrecer descuentos y promociones constantemente. Por lo tanto, hay que limitar este tipo de acción a ocasiones muy determinadas y, a poder ser, bajo un paraguas que lo justifique.

– No interactuar con los seguidores: toda respuesta que se reciba debe ser rápidamente contestada. Si una persona, entre tantos estímulos que recibe de la red, ha perdido una parte de su tiempo en responder, es que realmente tiene mucho interés en lo que ha visto o bien, en caso de ser una reclamación, que está muy descontento.

– No actualizar las redes sociales de forma diaria: siempre hay que intentar publicar algún tipo de información. Si no se ha generado nada nuevo en la compañía, recordar alguna publicación pasada o insertar alguna información relacionada con el sector donde se opera que pueda ser de interés para el público objetivo.

– No poner un enlace a ellas en la página web: en la página web de la compañía debe aparecer un enlace directo a las distintas redes sociales. Y al revés también: puede que una persona conozca antes la empresa mediante una de estas redes que por la página web. Por ese motivo, hay que intentar redirigir hacia allí.