Economía
Mercado inmobiliario

La nueva Ley de Vivienda dispara su precio: sube un 4,6% en junio y un 6,6% en las áreas metropolitanas

La Ley de Vivienda comienza a dar sus primeros resultados. El precio de estos inmuebles se disparó un 4,6% en junio en tasa interanual y un 6,6% en las áreas metropolitanas, según los datos ofrecidos este lunes por Tinsa, la firma de tasación.

Sin embargo, con respecto al mes anterior, mayo, el precio de la vivienda moderó subida al 0,6 %, confirmando la tendencia de estabilización del mercado residencial.

En junio el mayor avance del precio de la vivienda se dio en las áreas metropolitanas (6,6%), seguidas de las islas (5,8%); la costa mediterránea (4,5%) y las capitales y grandes ciudades (4,1%). En el resto de municipios el precio se encareció un 2,6 % con respecto al mismo mes de 2022.

Por su parte, en tasa intermensual, los aumentos fueron más moderados. Del 1,1% en las áreas metropolitanas; del 0,6% en las capitales y grandes ciudades, así como en las islas y del 0,4% en la costa mediterránea. En el resto de municipios la subida fue del 0,3%.

Según indica Tinsa, la pérdida de poder adquisitivo acumulada por los hogares durante el largo episodio inflacionista y el rápido encarecimiento de la financiación han contribuido a la moderación del consumo. No obstante, la resistencia del empleo sostiene la solvencia y la confianza de los hogares.

En este contexto, la demanda residencial se modera sin desplomarse y el precio medio de la vivienda mantiene su tendencia hacia la estabilización, desacelerándose poco a poco, apunta la directora del Servicio de Estudios de Tinsa, Cristina Arias.

Por debajo de los máximos de 2007

Respecto a los valores máximos alcanzados en 2007, en plena expansión del sector inmobiliario, la vivienda está aún un 20 % por debajo, una diferencia que se acentúa en la costa mediterránea, con más de un 30 % pero que se reduce al 7% en las islas.

Atendiendo a los mínimos de 2015 coincidiendo con la crisis financiera, la vivienda se ha revalorizado un 36% y lo ha hecho con más intensidad en las capitales y grandes ciudades (44,4%) y en las áreas metropolitanas (39,4%).