Economía
Incapacidad permanente

La lista oficial de las enfermedades que te dan derecho a la incapacidad permanente

Cuando la salud de un trabajador se ve gravemente afectada por una enfermedad o lesión, y esto le impide continuar con su actividad laboral, la Seguridad Social contempla la posibilidad de concederle una pensión de incapacidad permanente. Este reconocimiento no sólo se produce cuando la persona queda incapacitada tras un accidente o enfermedad, sino también cuando, a pesar de recibir tratamiento médico, la mejoría no llega. Por eso, es fundamental conocer cuáles son las enfermedades que pueden derivar en este derecho, especialmente en 2025, cuando la lista de patologías susceptibles de ser valoradas para una incapacidad permanente sigue siendo extensa.

La incapacidad permanente es un tema que preocupa a muchos trabajadores, ya que supone un cambio drástico en su vida personal y profesional. La posibilidad de acceder a una pensión es un alivio para quienes, debido a su estado de salud, no pueden reincorporarse al mercado laboral. Este derecho es aún más relevante en un contexto en el que las enfermedades crónicas y degenerativas están en aumento, afectando a miles de personas que dependen de esta prestación para mantener su calidad de vida. En 2025, el procedimiento para solicitar la incapacidad permanente se mantiene como un trámite detallado que puede iniciarse por diferentes vías. Ya sea por iniciativa de la propia Seguridad Social, por solicitud del trabajador o a instancias de otras entidades, el camino hasta la obtención de la pensión implica una serie de fases que culminan con la evaluación de un equipo especializado. A continuación, se describe en detalle cómo se tramita esta prestación, los grados de incapacidad y el listado de enfermedades que, generalmente, dan derecho a ella.

Lista de enfermedades para la incapacidad permanente

Comenzamos primero de todo por la lista de enfermedades que dan derecho a la incapacidad permanente actualmente, aunque hay que dejar claro que la Seguridad Social no tiene un listado cerrado de patología que garanticen automáticamente una pensión por incapacidad permanente, existen algunas que son recurrentes y que, debido a su gravedad, suelen ser reconocidas como causantes de esta situación. Algunas de las más destacadas son:

Este listado, aunque extenso, no es excluyente. Cada caso se estudia de manera individualizada, valorando el impacto de la enfermedad en la capacidad laboral del solicitante. De este modo se necesita tener informe médico que diagnostique la enfermedad en cuestión pero además superar un tribunal médico que apruebe la incapacidad.

Cómo se tramita en la Seguridad Social

Solicitar una pensión por incapacidad permanente no es automático. Existen tres vías principales para iniciar este procedimiento. Una de ellas es de oficio, cuando la propia Inspección de Trabajo, el Servicio Público de Salud o la entidad gestora consideran que un trabajador, tras un periodo de incapacidad temporal, no está en condiciones de retomar su empleo. Otra vía es la solicitud por parte de entidades colaboradoras, y por último, está la opción de que el propio interesado inicie el trámite mediante la presentación de un formulario y la documentación necesaria en la sede electrónica de la Seguridad Social.

Este proceso puede ser largo y complejo, ya que implica la recopilación de informes médicos, historial laboral y otros documentos que respalden la solicitud. Además, se realiza una evaluación médica exhaustiva que determina el grado de incapacidad dado que dependiendo del asignado se puede acceder a una incapacidad que será total o permanente o también es posible que nos acaben dando un grado de incapacidad parcial.

En concreto, estos son los tipos de incapacidad que se pueden reconocer:

Importancia de contar con asesoría especializada

Solicitar una pensión de incapacidad permanente requiere asesoría legal y médica. Contar con apoyo profesional puede marcar la diferencia en la obtención de esta prestación, garantizando que se cumplan todos los requisitos y se presenten las pruebas necesarias.

En definitiva, la incapacidad permanente es una ayuda crucial para quienes, debido a su estado de salud, no pueden seguir trabajando. Conocer las enfermedades que suelen dar derecho a esta pensión es esencial para saber si se puede optar a ella. En 2025, la Seguridad Social sigue evaluando cada situación de manera minuciosa, pero la información y la preparación son claves para afrontar este proceso con éxito.