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Lidl lanza un juguete que enseña y entretiene a la vez: está agotándose más de un mes antes de Navidad

La llegada de la Navidad siempre trae ese pequeño estrés de fondo que todos conocemos: regalos por decidir, presupuestos ajustados, ideas que parecen buenas pero acaban siendo descartada y, sobre todo, la sensación de que si no te adelantas, te quedas sin lo que querías. Por eso cada vez más familias aprovechan las ofertas del Black Friday para comprar los regalos con semanas de margen. Y a juzgar por cómo están volando algunos juguetes de Lidl, parece que este año no será la excepción. La famosa cocinita de madera, la que arrasa desde hace varias temporadas, ya aparece con unidades limitadas. Y junto a ella, otro juguete de Lidl está sorprendiendo por cómo mezcla entretenimiento y aprendizaje sin recurrir a pantallas: un puzle 3D de edificios famosos que se está agotando incluso antes de que empiece diciembre.

Este juguete de Lidl tiene un punto nostálgico, manual, casi terapéutico, que lo convierte en un regalo capaz de gustar tanto a niños como a adultos. Y además, está hecho para que cualquiera pueda montarlo sin herramientas, sin pegamento y sin experiencia previa. Sólo seguir las piezas troqueladas, encajar, observar y dejar que poco a poco tome forma algo reconocible. En las imágenes que podemos ver en la web de Lidl, tenemos el Castillo de Neuschwanstein, uno de los modelos más vistosos, con su base amplia y sus torres afiladas, como si fuera la maqueta de un parque temático. Una vez montado queda sorprendentemente bien y, por eso mismo, mucha gente lo está comprando también como figura decorativa y no sólo como juguete. Pero hay otro factor que explica su éxito: el precio. De 4,99 euros ha bajado a 3,49 euros, una cantidad que rara vez se ve en juguetes de este tipo y que, inevitablemente, está acelerando las compras. Porque en cuanto alguien lo ve, no duda en hacerse con él para sorprender esta Navidad o también porqué no, para el amigo invisible.

El juguete de Lidl que entretiene, enseña y que arrasará en Navidad

Aunque la parte visual y el precio llaman la atención, lo interesante de este puzle es lo que aporta mientras se monta. El proceso obliga a ordenar, clasificar piezas, observar formas, entender cómo encajan entre sí y mantenerse concentrado hasta que el edificio toma forma. No es un juguete rápido ni inmediato, pero ese es precisamente su valor. Mientras otros regalos dependen de sonidos, luces o pantalla, este invita a trabajar con las manos y a descubrir algo nuevo paso a paso.

Los edificios que Lidl ha elegido no son aleatorios: están entre los monumentos más icónicos del mundo. La Torre Eiffel, el Big Ben, el Burj Khalifa, el Tower Bridge o el propio Neuschwanstein son estructuras que muchos niños ya conocen por fotos, dibujos o incluso películas. Verlas en tres dimensiones y comprender su forma desde cero añade un pequeño aprendizaje añadido que, sin presentarse como educativo, termina siéndolo. Además, como están hechos de espuma y papel, pesan muy poco, son fáciles de manejar y permiten rectificar si algo no encaja a la primera. Justo lo que se necesita para que un niño no pierda el interés.

Puzle 3D edificios famosos.

Así es montar uno de estos puzles: del cartón troquelado a una maqueta real

Si uno se fija en las láminas troqueladas (tal y como se aprecia en las imágenes que Lidl ha compartido) todo parece muy simple: piezas dibujadas, numeradas y listas para presionar y sacar. Pero al ir avanzando, el montaje se vuelve casi hipnótico. El Castillo de Neuschwanstein, por ejemplo, empieza por la base, que se convierte en una especie de plataforma. Luego aparecen las paredes, las torres más pequeñas, los tejados en azul oscuro y, finalmente, las torres principales que lo elevan visualmente. No hace falta cortar nada, ni pegar, ni encolar. Las pestañas se doblan y se insertan en el lugar correspondiente, y si uno se equivoca, basta con deshacer el paso y volver a probar de nuevo.

Puzle 3D edificios famosos.

Una vez terminado, sorprende lo estable que queda para estar hecho sólo con espuma y papel. No es un juguete de usar y tirar, sino una figura que puede quedarse en el un salón, en un escritorio o en la estantería de un dormitorio. Esa doble función como juguete primero, y como decoración después también explica su éxito entre adultos que lo compran simplemente porque queda bonito.

Un juguete para mayores de 8 años, pero que gusta a todo el mundo

La edad recomendada es a partir de los ocho años, principalmente por el tamaño de las piezas. No es apto para menores de 36 meses, ya que existe riesgo de que las partes pequeñas puedan ingerirse, pero más allá de esa advertencia, es un juguete seguro y ligero. Pesa apenas 92 gramos y está fabricado en espuma y papel, así que no hay bordes duros ni piezas metálicas. Un juguete de Lidl perfecto para esta Navidad, por menos de 4 euros y que seguro querrás montar con los niños. La diversión y el aprendizaje están más que asegurados.