Economía
Unos activos en riesgo de 330.000 millones de euros

Italia se plantea crear un banco malo para reducir créditos morosos

Uno de los riesgos a los que se enfrenta Italia con la creación de un banco malo es que la Comisión Europea lo considere un programa de ayudas públicas por lo que la participación del Estado debería ser lo más pequeña posible. Pero claro, todo no se puede.

Con la creación de una especie de Sareb a la española, Italia pretende reducir los créditos morosos que en la actualidad se sitúan en 330.000 millones de euros y que lastran la economía del país alpino.

Este domingo Italia ha tenido que inyectar otros 2.000 millones a cuatro bancos intervenidos

Funcionarios de alto nivel han expresado al Financial Times que quieren colocar la mayor parte de la cartera de créditos morosos en un vehículo de propiedad privada en la que la deuda senior estaría garantizada por el Estado, probablemente a través del organismo estatal Cassa Depositi e Prestiti.

De esta forma, se reduciría la brecha entre el precio al que los bancos están ofreciendo vender los préstamos y el precio que las entidades privadas están dispuestas a pagar por ellos, que se ha mantenido muy alta.

El objetivo es crear una estructura con la menor participación del Estado como sea posible”, señala un funcionario italiano al diario británico, para evitar que la Comisión Europea considere este plan como un programa de ayudas públicas que vulnere la competencia. De hecho, los ejecutivos de los bancos son más bien escépticos. “Sería un milagro si logran convencer a la UE”, señala a FT un ejecutivo de uno de los bancos más grandes de Italia.

Las discusiones se producen mientras el gobierno de Matteo Renzi toma medidas cada vez más agresivas para apuntalar la debilidad en el sector bancario italiano, sin resolver desde la crisis de deuda de la eurozona que ha supuesto un lastre para el crédito a la economía real.

El gabinete se reunió el domingo para una sesión de emergencia, mientras los mercados estaban cerrados, para realizar un rescate adicional de 2.000 millones en cuatro pequeños bancos – Banca Marche, CariFerrara, CariChieti y Banca Etruria – que ya estaban bajo control estatal.