Imputada toda la cúpula de Segur Ibérica tres años después de llevar a la quiebra a la empresa
Segur Ibérica, que cuando fue a concurso de acreedores en noviembre de 2016 era la tercera empresa de seguridad privada, fue a concurso de acreedores y ahora sus gestores han sido imputados por un delito de insolvencia punible.
Uno de tantos presuntos escándalos empresariales que parecían dormir el sueño de los justos desde hace mucho tiempo en la maraña de la justicia española ha resucitado inesperadamente hace escasos días. Se trata de la quiebra de Segur Ibérica. Un procedimiento de diligencias previas instruido en el juzgado de instrucción número 23 de Plaza de Castilla (Madrid) ha acabado con una diligencia de ordenación donde se establece la investigación (antigua imputación) de nueve miembros de la antigua cúpula de la empresa, que en noviembre de 2016 fue a concurso de acreedores dejando deudas millonarias y más de 4.000 empleados a la calle.
Según la citada diligencia de ordenación a la que ha tenido acceso este periódico, y dictada por el letrado de justicia en nombre del juez, se investigará por insolvencia punible a la cúpula directiva de Segur Ibérica, una empresa que cuando fue a la quiebra era la tercera mayor compañía de seguridad privada de España por facturación (después de Prosegur y de Eulen Seguridad SA) y que fue a concurso de acreedores después de no conseguir que ningún inversor privado aportara capital para tratar de solventar su falta de caja.
Segur Ibérica era la tercera empresa de seguridad privada de España por volumen de facturación cuando fue a la quiebra, después de Prosegur y de Eulen Seguridad
La insolvencia punible está definida en el Código Penal como «el deudor que encontrándose en una situación de insolvencia actual o inminente, favorezca a alguno de los acreedores realizando un acto de disposición patrimonial o generador de obligaciones destinado a pagar un crédito no exigible o a facilitarle una garantía a la que no tenía derecho, cuando se trate de una operación que carezca de justificación económica o empresarial».
Este delito contempla una pena de seis meses a tres años de prisión o multa de ocho a 24 meses.
Entre los investigados se encuentra Ignacio Suárez, quien fue director general de Segur Ibérica cuando la empresa cayó en concurso de acreedores. Suárez es desde agosto de 2018 el consejero delegado de la empresa de gimnasios AltaFit Gym Club y había sido CEO de Segur Ibérica desde 2014 hasta el día de su quiebra. Suárez ha designado procurador para ser informado de las diligencias y tener la posibilidad de defenderse.
Junto a él se puede ver en el escrito del juzgado de instrucción que también están imputadas otras personas como Rafael Centeno, anterior director de recursos humanos que fue quien indicó a los trabajadores que la empresa tenía que marcharse a la antigua suspensión de pagos en el noviembre de 2016 mediante un escrito.
Otros directivos que también figuran como investigados en la diligencia de ordenación son José del Pino, que actualmente es director de riesgos especiales en la empresa de seguridad privada Trablisa. No es el único de los antiguos directivos de Segur Ibérica que se recolocó en la empresa mallorquina.
Además, otros investigados son A. A. E., J. A. F. L, J. L. D. C. F., J. L. P. M., J. M. E. F. y M. A. T. C., cuyos nombres incluimos tan sólo con iniciales.
En todos los casos, la condición de investigados en ningún caso implica ni demuestra culpabilidad, si bien se produce tres años después de iniciadas las investigaciones, por lo que no puede considerarse que la justicia en este caso no haya tenido tiempo para actuar.
Denuncia de parte
Todo el caso ha salido a la luz después de tres años sin que la investigación judicial hubiera notificado ni siquiera a los denunciantes que se encontraba realizando las pesquisas. La denuncia fue interpuesta en su momento por el sindicato Alternativa Sindical de Trabajadores de Seguridad Privada (Alternativa Sindical) que había presentado una denuncia amplia con una serie de pruebas recogidas donde percibían posibles delitos en la gestión del grupo de seguridad, que cayó estrepitosamente dejando deudas con proveedores, acreedores bancarios, con la Agencia Tributaria y la Seguridad Social.
Los denunciantes creen que los directivos «llevaron actos previos a la declaración de insolvencia y presuntamente distrajeron patrimonio a los acreedores»
El portavoz del sindicato, Alberto García, ha dicho que «pensamos que llevaron actos previos a la declaración de insolvencia y presuntamente distrajeron patrimonio a los acreedores, entre ellos los trabajadores».
Ya se había comprobado años atrás que en los años de bonanza económica, cuando sí entró dinero en la caja de la compañía, la empresa fue descapitalizada. De hecho la compañía, propiedad de los fondos MCH Private Equity y Corpfin Capital, vio como su situación de caja empeoraba desde 2010, con 66 millones de euros que salieron de la compañía hasta quedarse en fondos propios negativos.
Cuando se fue a pique, Segur Ibérica todavía estaba en posesión de importantes contratos de seguridad privada, singularmente relevantes los de Metro de Madrid, Renfe, Telefónica o la Embajada de Estados Unidos.
Rechazo de un fondo israelí
Cuando estaba a punto de quebrar, la empresa tuvo una última oportunidad de ser rescatada por el fondo israelí I-SEC, que había realizado una oferta por las unidades productivas de vigilancia y seguridad. Tal y como informó el administrador concursal PwC entonces, posteriormente los israelíes se retiraron y la empresa tuvo que ir al concurso de acreedores y la liquidación.