La gestión pasiva, la activa y para qué sirve
“Truth is like poetry. And most people f****ing hate poetry”. The Big Short 2015.
En Cantabria, a 20 grados y bajando, me encuentro en el único sitio donde tenemos acceso a wifi en todo el pueblo, el mítico bar. Y digo el bar, porque no hay más que uno. En la terraza, con una caña y mi hermana al lado en el ordenador, me dispongo a escribir mi artículo semanal.
Pregunto a mi hermana sobre los tres artículos que he escrito hasta ahora, y me dice muy seria, que ella que es una ilustre dermatóloga, no entiende nada de lo que escribo. Me deprimo. Tras la caña y ya más recuperada, he decidido empezar desde el principio.
¿Qué es la gestión pasiva?
La gestión pasiva es aquella en la que los gestores no pretenden batir al mercado, es decir a los índices de referencia, ya sean de renta fija o de renta variable. Lo que hacen es comprar la proporción exacta de los componentes de los índices a los que se referencian, de forma que replican el índice y lo rebalancean a medida que se producen cambios en los precios o en los componentes de los mismos.
La rentabilidad de esta inversión es perfectamente contrastable. Es prácticamente idéntica al índice de referencia (menos unos costes mínimos de gestión). Los índices pueden ser generales, de sectores, de países, de diferentes tipos de activos, etc. Por ejemplo, el IBEX 35, o el índice del sector farmacéutico europeo.
La supuesta ventaja de esta forma de inversión es que diluye el riesgo de forma amplia, aunque siempre dentro de ese mercado. Es decir, te protege de una caída de una acción en concreto pero no te protege de una caída general del mercado o de un sector.
Por cierto, un índice es un conjunto de acciones o bonos elegidos para representar un mercado o una parte específica del mismo.
¿Y la gestión activa?
Por contra, la gestión activa es exactamente lo opuesto: consiste en batir un determinado índice de referencia o un benchmark preestablecido (puede consistir de varios índices de referencia). Los gestores activos pretenden batir ese índice o mezcla de índices a través de su conocimiento y habilidades para analizar el mercado de referencia y elegir las acciones o bonos que consideren que están infravalorados para seleccionarlos y comprarlos en su cartera (stock picking).
El stock picking o selección de acciones se puede realizar desde dos perspectivas:
Top down o de arriba a abajo, que consiste en analizar el mercado de forma amplia para seleccionar un área geográfica y/o un sector determinado cuya evolución se prevé sea mejor. Solo entonces el gestor seleccionará las acciones dentro de ese sector o área que tengan el. mejor valor.
Bottom up o de abajo a arriba, selecciona acciones por su valor y evolución esperada independientemente del sector o área geográfica en la que se encuentren. Dentro de la gestión activa existen principalmente dos estilos de gestión:
- La gestión llamada “Value” o de valor, que como su nombre indica, trata de buscar acciones o bonos cuyo valor de cotización es menor que su valor intrínseco o real, por lo que están infravalorados o aquellos que tienen un potencial de generar más ingresos de lo que actualmente les reconoce el mercado.
- La gestión “growth” o crecimiento, que trata de buscar acciones con potencial de crecimiento fuerte y cuyo precio consecuentemente debería incrementarse en el tiempo. Los costes de este tipo de gestión son más elevados ya que requieren de análisis y selección de los activos independientes.
Y ahora, la pregunta clave, ¿para qué sirve todo esto? Pues mi conclusión, bastante poco democrática y nada acorde con nuestros tiempos actuales, depende de la pasta que se tenga para invertir. Los bancos no te ofrecen una selección de fondos de gestión activa de terceros (no propios) individualizada si no tienes una cantidad elevada de euros.
Lo que sí ofrecen es “café para todos”, carteras bajo su marca y según el perfil de riesgo del cliente con fondos de “gestión activa” a un precio altísimo y invertida en fondos mayoritariamente de marca propia también. Por eso, con menos dinero, se puede decir que no hay soluciones óptimas para invertir. Esa es la realidad.
En esta situación, conviene plantear una gestión pasiva barata para la parte principal de nuestra inversión, complementada con algún fondo de gestión activa. A lo largo de las próximas semanas veremos cómo.
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