GRAN DISTRIBUCIÓN

El Corte Inglés trasladará a tienda al personal de servicios centrales que no acepte una baja incentivada

Los grandes almacenes quieren dedicar otro 2% de su plantilla a ventas y atención al cliente

El Corte Inglés
Centro comercial de El Corte Inglés.

Repetía el fundador de El Corte Inglés, Ramón Areces, que «zapatero, a tus zapatos». Su heredera en la presidencia de la compañía, Marta Álvarez, parece dispuesta a cumplir el viejo axioma y hacer que los tenderos -como gustan llamarse a sí mismos los grandes distribuidores- se dediquen a vender. La empresa ha puesto en marcha un programa de relocalización funcional para 1.734 empleados con tareas administrativas, fundamentalmente, a labores comerciales y de atención al cliente en tienda. En paralelo, pone en marcha un programa voluntario de prejubilaciones para 590 trabajadores con más de 59 años, aunque quienes opten por mantenerse en activo cambiarán también de funciones.

El Corte Inglés quiere aprovechar todos los beneficios del proceso de digitalización llevado a cabo en los últimos años sin que afecte al empleo de la empresa (79.800 empleados). El nuevo enfoque laboral se plantea en dos bandas: la primera, trasladar 1.734 trabajadores de los servicios centrales, los servicios regionales y los llamados servicios de apoyo a tienda (casi el 2% de la plantilla) a los diferentes centros comerciales y establecimientos del grupo, con el fin de mejorar la actividad comercial y la atención al cliente. La segunda, poner en marcha un plan de bajas incentivadas voluntario para 590 trabajadores que superan los 59 años. En total, un plan de reorganización laboral que afecta a 2.324 empleados.

La idea es dedicar hasta un 2% adicional de su plantilla a labores de venta y atención al cliente, siempre que el acuerdo laboral que negocia con los sindicatos salga adelante tal como está previsto. La cuestión, según fuentes próximas a las negociaciones con los sindicatos, es que la empresa prevé que el personal que no se acoja a las bajas incentivadas, entrará también en el cambio de destino y funciones.

Todo va a depender de los acuerdos que puedan alcanzarse con los representantes sindicales cuya intervención es obligatoria, ya que este plan laboral implica significativos cambios en las funciones, horarios y jornadas de los empleados afectados.

Fuentes oficiales de la compañía señalan que «nunca opinamos sobre una negociación en marcha» e insisten en no interferir en las negociaciones con los sindicatos que se afrontan sin fechas límite.

La reorganización de la plantilla prevé el traslado de trabajadores hasta ahora destinados a los servicios administrativos, centrales y regionales, y destinarlos a los centros comerciales y al resto de establecimientos de la compañía «con el fin de reforzar las tiendas, atender la buena evolución de las ventas y mejorar la atención y el servicio al cliente», según explicaba la empresa en el anuncio del proyecto.

Primeras ofertas

La negociación, según ha trascendido de fuentes sindicales, ha empezado con una oferta del 60% del sueldo actual para los mayores de 59 años que, en el caso de los de 60 años, se reduce un punto porcentual (al 59%); los de 61 años, lo ven reducido en dos puntos (al 58%) y los de 62 que recibirían una indemnización del 57% de su salario.

El compromiso de pago llega hasta los 63 años y están excluidos variables, bonus y retribuciones en especie. A este plan de bajas incentivadas podrán adscribirse los trabajadores interesados hasta el último día de 2023.

Según ha trascendido, El Corte Inglés adecuará la remuneración salarial en función de las nuevas funciones de cada empleado.

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