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Confirmado por el BOE: cambia el sueldo mínimo por hora de las empleadas del hogar

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) ha subido un 4,4% en 2025. Tras largas negociaciones entre el Gobierno, los sindicatos y la patronal, se ha logrado un acuerdo que supone un aumento de 50 euros al mes, lo que se traduce en 700 euros adicionales anuales para quienes perciban este sueldo. Este cambio se suma a otra reforma laboral importante: la reducción de la jornada semanal a 37,5 horas, en vigor desde febrero de este mismo año.

La oficialización de esta medida quedó reflejada en el Real Decreto 87/2025, publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE). En este documento, además de recoger el nuevo SMI para los trabajadores con contrato a tiempo completo, se especifican las condiciones salariales de las empleadas del hogar, así como de los empleados temporales y eventuales, quienes también verán cambios en sus ingresos.

Nuevo salario para las empleadas del hogar

Las empleadas del hogar contarán con un nuevo salario mínimo por hora efectivamente trabajada. Según el BOE, éste se establece en 9,26 euros por hora, reflejando un incremento con respecto a los 8,87 euros de 2024. Este cambio beneficia a quienes desempeñan labores domésticas bajo este régimen laboral, asegurándoles una mejora en su retribución.

Para los trabajadores temporales y eventuales, cuyos contratos no superen los 120 días de duración, el decreto establece que recibirán, junto con su salario, la parte proporcional de las retribuciones por domingos y festivos, así como las gratificaciones extraordinarias correspondientes. En ningún caso, su remuneración podrá ser inferior a 56,08 euros por jornada laboral completa.

Aplicación y entrada en vigor

El Consejo de Ministros aprobó esta subida salarial el pasado 11 de febrero, con aplicación retroactiva desde el 1 de enero de 2025. Esto significa que quienes perciben el salario mínimo recibirán una compensación ajustada a los meses previos a la publicación del decreto en el BOE, el cual oficializó la medida al día siguiente. A partir de este momento, todas las nóminas deben reflejar el nuevo SMI.

Con este ajuste, quienes trabajen a jornada completa verán reflejado un sueldo mínimo de 1.184 euros brutos mensuales en 14 pagas o de 1.381,34 euros en 12 pagas. Para quienes trabajen a tiempo parcial, los ingresos se ajustarán de manera proporcional según las horas semanales.

Implicaciones fiscales

Uno de los aspectos más controvertidos de esta reforma es la decisión del Ministerio de Hacienda de aplicar el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) al salario mínimo. Hasta la fecha, los aumentos del SMI venían acompañados de un ajuste en el umbral exento de tributación para evitar que los trabajadores con menores ingresos se vieran afectados por el impuesto. Sin embargo, en esta ocasión, no ha sido así.

Según las declaraciones de la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, la mayor parte de quienes perciben el SMI seguirán sin tributar, pero aproximadamente un 20% de estos trabajadores sí verán sus ingresos reducidos por la aplicación del IRPF.

Los más perjudicados serán los trabajadores solteros y sin hijos, quienes podrían perder hasta 300 euros del incremento anual de 700 euros. Aquellos que tengan pareja e hijos mayores de tres años también sufrirán una reducción, aunque más moderada, de unos 100 euros al año.

El incremento del SMI es una medida que busca mejorar la calidad de vida de los trabajadores con ingresos más bajos. No obstante, la decisión de no ajustar el mínimo exento del IRPF ha generado críticas, ya que reduce en parte el beneficio que supone la subida salarial.

Diversos sindicatos han expresado su preocupación ante el hecho de que los trabajadores afectados terminen recibiendo un aumento real menor al esperado. Además, economistas y analistas advierten que esta medida podría influir en la percepción pública de la reforma, ya que muchos empleados podrán sentir que los impuestos han absorbido parte de la subida salarial.

El Gobierno, por su parte, ha defendido la subida del SMI como un avance en los derechos laborales y ha enfatizado que sigue trabajando en políticas para mejorar la situación económica de los trabajadores con salarios más bajos. Aun así, la decisión de incluir el IRPF en este nuevo marco deja abierta la discusión sobre la equidad de la medida y su impacto real en los hogares españoles.

La subida del Salario Mínimo Interprofesional en 2025 supone un avance significativo en la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores con bajos ingresos, contribuyendo a reducir la brecha salarial. Sin embargo, la aplicación del IRPF a parte de los trabajadores que perciben el SMI plantea un desafío económico para algunos de ellos, ya que, aunque el incremento salarial puede parecer positivo en términos brutos, la retención impositiva reduce considerablemente el impacto real de la subida.