¿Cómo funciona el mercado de la exclusividad?
La globalización ha facilitado la generación de grandes compañías que, gracias a su tamaño, son capaces de aprovechar las economías de escala y hacer llegar un mismo producto a muchos países. Se trata de productos, por lo tanto, estandarizados, con características comunes que no ofrecen ninguna diferenciación.
En un contexto de dificultades económicas, al final, muchos consumidores optan por la funcionalidad, la satisfacción de la necesidad, más que por otros aspectos relacionados con el diseño. Ahora bien, hay un público que, por el contrario, busca especializarse, disponer de aquello que no está al alcance de los otros. En este caso, pues, exigen una serie de aspectos diferenciadores:
Personalización. El cliente quiere poder elegir todos los detalles y aspectos del producto o servicio. La comunicación entre desarrollador y consumidor debe de ser constante y la compañía tiene la obligación de atender, en la medida que sea posible, a las exigencias que se le trasladan. Del mismo modo, hay que saber adaptarse a cambios respecto a aquello que se había planificado de un inicio.
Productos de calidad. Los materiales a utilizar deben de ser los mejores del mercado, independientemente que su coste sea mayor o que cueste más obtenerlos.
Precio más elevado. Uno de los aspectos que asegura que solamente ellos, o una minoría muy menor, dispondrán de aquel producto es la señalización de un precio que la gran mayoría no está dispuesto o no puede pagar. A cambio de desembolsar más dinero, se aseguran la diferenciación. Por lo tanto, la empresa no debe de bajar el precio ya que, contrariamente a lo que se podría pensar, desincentivaría la compra.
Trato único y diferencial. En el contexto del establecimiento, hay que tener a una persona que, en todo momento, asesore y resuelva todas las dudas y objeciones. En los casos más exclusivos, se llega a cerrar el local para evitar que haya nadie más compartiendo el espacio durante el mismo tiempo.
Narración de una historia. Algunas veces, más que el producto en sí, los clientes interés por aquello que hay detrás suyo, el significado o historia que incorpora. Es importante, por lo tanto, crear un relato alrededor del producto y dar a conocer su historia.
Gusto por lo artesanal. Aquello que se realiza con máquinas e innovaciones implica una estandarización y la realización de productos iguales. Por lo tanto, este tipo de público valora de forma muy importante que se haya confeccionado el producto de la forma tradicional.
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