Claves para convertir la marca en un elemento diferenciador y rentable
La marca es un elemento importantísimo de la empresa. Es la imagen mediante la cual es identificada por el público y que le dota de una personalidad única y distinta a las otras empresas de la competencia. Por lo tanto, en un contexto tan competitivo como el actual, representa un elemento diferenciador que hay que saber rentabilizar.
Por ese motivo, debe entenderse la marca como una importante inversión en la cual hay que dedicar muchos esfuerzos para estructurar, potenciar y dar a conocer
¿Cómo aprovechar la marca como inversión?
Para poder sacar a la marca todo su potencial, se recomienda lo siguiente:
· Que sea sencilla y fácil de reconocer. Todo cliente recibe, durante el día, muchos impactos a nivel publicitario y de marketing. Por lo tanto, de todos ellos, solamente será capaz de recordar aquéllos que le hayan llamado la atención por algún aspecto en concreto. Si se sobrecarga la marca de una forma excesiva, se hace más complicado su recuerdo y la asociación con la empresa y el producto o servicio que se está ofreciendo.
· Que sea capaz de transmitir los valores de la empresa. Ante productos muy similares, al final, la decisión de compra se define por aspectos que van más allá de las propias características del producto. Uno de los más destacados son los valores que transmite la compañía. Si el potencial comprador se siente identificado con la imagen y la forma de actuar de la empresa, la escogerá ante las otras. Además, es un elemento que facilita su fidelización. Por lo tanto, si con la misma marca somos capaces que se asocie la imagen con los valores, genera un impacto que se recordará y vinculará.
· Es imprescindible registrarla. Es un trámite que tiene un coste muy pequeño pero que, en algunos casos, hay quien se olvida de realizar. Es la forma de asegurarnos que nadie intentará confundir al público con una marca similar y que contamos, de forma exclusiva, con este elemento diferenciador.
· Que tenga un lugar destacado en la promoción. Una vez la marca ha conseguido ser reconocida entre el público, es importante que aparezca de una forma clara junto al producto para que el cliente la perciba y asocie a este producto mostrado.
· Renovarla cuando sea necesario, pero sin cambiar su esencia. los tiempos cambian y aquello que hace unos años se consideraba “de moda” ahora se ve como anticuado. Las marcas, por lo tanto, pueden sufrir el mismo ciclo. Cuando desde la empresa se perciba que aparecen otras marcas que son capaces de transmitir una imagen más moderna o innovadora, hay que cambiar la propia para evitar perder el público fidelizado con anterioridad.
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