Economía
COYUNTURA ECONÓMICA

Bruselas advierte a España de que la inflación subyacente se resiste y el mercado laboral se deteriora

Bruselas advierte a España de que la inflación subyacente se resiste a bajar

La Comisión Europea mejora la previsión de crecimiento de España para 2023 pero rebaja la de 2024

Bruselas ha advertido este lunes al Gobierno español de que la inflación subyacente no cede lo deseado y de que el mercado laboral se deteriora. El índice subyacente -que excluye a los alimentos no elaborados y a la energía- seguirá ofreciendo una notable resistencia a caer como consecuencia del impacto en la cadena de producción del aumento de los costes de la electricidad y de la escasez de materias primas registrada a comienzos de este año. También contribuirá a ello el incremento en los costes laborales observado en la primera mitad del ejercicio.

Por otra parte, el último informe de coyuntura de la Comisión Europea  sobre la marcha de la economía y la evolución de la inflación, también ve signos de deterioro en el mercado laboral español, que sale muy mal parado en relación con el resto de los estados miembros, con un aumento de la tasa de desempleo que se situó en el 11,6% en julio, frente al 7,6% de Italia, el 7,4% de Francia y el reducido 3,6% de Alemania. Según el análisis de Bruselas, el deterioro laboral en nuestro país se debe a una caída del optimismo en los planes de empleo de las empresas, sobre todo en el sector servicios y en la construcción. Adicionalmente, los datos de producción industrial llevan varios meses consecutivos a la baja.

Según los economistas consultados por OKDIARIO, este deterioro laboral tiene mucho que ver con el ambiente general de desaceleración de la economía que se percibe, sobre todo de cara al año próximo -como indica la propia Comisión-, así como con los efectos cada vez más evidentes de la intensa subida -por encima del 40%- del Salario Mínimo Interprofesional desde que gobierna el presidente Sánchez. Este aumento de costes está perjudicando en particular el sector agrario y a la hostelería, pero sus consecuencias se dejan notar en el conjunto de la actividad económica general por el llamado ‘efecto arrastre’ -la transmisión de las subidas a toda la cadena de producción-.

Van del Leyen advierte a España

La institución europea advierte igualmente de que el clima económico va a empeorar en el tramo final del año debido al fin del ímpetu proporcionado por la temporada turística y al encarecimiento general de las condiciones de financiación, debido a las reiteradas subidas de los tipos de interés, que están ya teniendo un impacto claro en el aumento de los costes no salariales de las empresas.

El Banco Central Europeo se reúne este jueves para decidir cuál será el rumbo que adopta la política monetaria, con los mercados más divididos que nunca sobre cuál será el resultado de las deliberaciones del Consejo de Gobierno, en el que se dilucida la pelea entre los llamados ‘halcones’, partidarios del rigor monetario a toda costa, y las llamadas palomas, más sensibles al deterioro económico y, en particular, del mercado laboral.

Menos inflación

En términos agregados, la Comisión Europea ha elevado la previsión de crecimiento de la economía española hasta el 2,2% en 2023, lo que supone una mejora de tres décimas con respecto al 1,9% del pronóstico de primavera. No obstante, en 2024 el Ejecutivo europeo espera que el crecimiento real del PIB español se modere hasta el 1,9%, frente al 2% previsto en primavera, una ralentización que Bruselas atribuye al debilitamiento de la actividad económica prevista para finales del actual ejercicio, que se prolongará al menos hasta el primer semestre de 2024.

La previsión revisa a la baja el crecimiento de la economía de la UE del 1,7% previsto en primavera al 1,4%, así como el de la zona euro, que baja del 1,6% al 1,3% en 2024. La Comisión Europea reduce igualmente la previsión para la inflación española hasta el 3,6% para el presente ejercicio, cuatro décimas por debajo del descenso augurado en mayo para 2023, mientras que sube dos décimas la estimación para 2024, hasta el 2,9%.

La moderación progresiva de la inflación, como consecuencia del efecto de las subidas de los tipos de interés, tendrá sin embargo consecuencias contradictorias sobre el déficit público, en el sentido de presionarlo al alza en ausencia de una rebaja clara de los gastos estructurales del Estado. La razón es que la decisión del Gobierno de Sánchez de no deflactar la tarifa del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas ha proporcionado al Ejecutivo cuantiosos ingresos inflacionarios que no han sido utilizados para recortar el desequilibrio presupuestario sino para expandir aún más el gasto público.