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Botín propone limitar la responsabilidad penal de los bancos que compren entidades en resolución

La presidenta de Banco Santander, Ana Botín, ha abogado por «refinar» el marco de resolución de entidades financieras y ha propuesto limitar la responsabilidad penal y legal de los bancos que compren entidades en un proceso de resolución. En una entrevista recogida en el boletín de supervisión del Banco Central Europeo (BCE), Botín ha puesto en valor que ahora existe un marco europeo de gestión de crisis que permite intervenir y resolver bancos en quiebra independientemente de su tamaño, por lo que sería el momento de pasar página sobre el concepto de «demasiado grande para caer».

La directiva ha destacado que el sistema europeo ahora tiene experiencia para resolver a una entidad financiera, independientemente de su tamaño, y ha puesto como ejemplo que Banco Santander fue el primer grupo bancario en participar en la resolución de un banco en el marco actual, con la adquisición de Banco Popular.

«Eso no quiere decir que no haya más que hacer. Hay oportunidades para refinar el sistema. Creo que la forma en que los instrumentos MREL desarrollados por las filiales pueden acabar siendo descontados de las matrices no tiene sentido. También necesitamos encontrar una forma de establecer objetivos de desarrollo de capacidad total de absorción de pérdidas para subsidiarias en países emergentes que reflejen los plazos de implementación más largos establecidos en los enfoques del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB) y el Banco de Pagos Internacionales», ha señalado.

En este sentido, Botín ha urgido a que Europa reduzca las brechas en el marco de gestión de crisis utilizando las lecciones aprendidas desde su creación. La presidenta del Santander ha reclamado un respaldo de liquidez como el de Reino Unido y Estados Unidos para «disipar las dudas de los inversores» y ha apelado a la necesidad de contar con normas de insolvencia armonizadas. En la misma línea, ha abogado por hacer más efectiva y atractiva la alternativa de vender bancos en resolución a entidades sólidas, como fue el caso de Santander y Popular, limitando la responsabilidad penal y legal del banco comprador por las acciones de los anteriores gestores.

En otro orden de cosas, Ana Botín se ha referido a los problemas que impiden que los bancos europeos participen en procesos de consolidación transfronterizos. A este respecto, ha reconocido que el entorno regulatorio «limita significativamente» los beneficios que las fusiones entre bancos de distintos países europeos podrían ofrecer a gran escala.

«En cierto modo, los bancos han mirado hacia adentro en la última década para adaptarse al panorama regulatorio y de política monetaria posterior a la crisis, en lugar de mirar hacia afuera para crecer y expandirse. A nivel de supervisión, los cambios en el tratamiento del capital del Pilar 2 y el reconocimiento de modelos internos, o un nuevo enfoque de las exenciones para MREL transfronterizo, por ejemplo, ayudarían a respaldar las fusiones transfronterizas», ha propuesto.

Por otro lado, la presidenta del Santander ha apuntado a la fragmentación del mercado bancario europeo, con diferencias en el tratamiento de capital, liquidez o captación de depósitos entre los distintos países. En este sentido, ha señalado que la creación de un mercado bancario único sería la solución. La directiva también ha incidido en que la falta de un verdadero mercado único limita el potencial para impulsar la rentabilidad y competitividad de los bancos europeos, por lo que ha pedido desarrollar un análisis de la carga regulatoria a la que se enfrenta el sector que sirva para revisar y recalibrar los requerimientos, incluidos los de capital.