El BCE impulsa la fusión de Bankia y Sabadell que el entorno político dificulta

La institución que preside Mario Draghi quiere que se avance en las fusiones, y la absorción de Bankia por parte de algún gran banco satisfaría tanto al organismo monetario como al Ejecutivo de Pedro Sánchez, más que probable Presidente durante los próximos cuatro años. Eso sí, en caso de que la influencia de Podemos en la conformación del nuevo Gobierno sea elevada, la privatización de la entidad pública podría frenarse.

Lo cierto es que la ratio de capital de las entidades españoles es de las peores de toda Europa, y ese es el principal motivo de inquietud entre los organismos reguladores, que esperan que se produzcan movimientos más pronto que tarde, con el objetivo de evitar que se repita una crisis similar a la de 2008.

Por su parte, los gestores de Bankia también quieren que la entidad se siga privatizando, siguiendo el plan marcado por el anterior Gobierno del Partido Popular. Así, asegura el CEO de la entidad José Sevilla, que ya ha expresado en distintas ocasiones que «lo razonable es que el compromiso con la privatización continúe».

«Tenemos un consenso de que las valoraciones actuales no reflejan bien el precio de medio plazo de la entidad, pero el calendario de ventas tiene que decidirlo el accionista mayoritario, es decir el FROB», señaló Sevilla en su última presentación de resultados, donde indicó además que tal vez no es un buen momento para vender y en cualquier caso dependerá de la evolución del mercado.

Sin embargo, Bestinver tomó recientemente posiciones en Banco Sabadell dando por hecha la fusión entre la entidad que preside Josep Oliu y Bankia. Beltrán de la Lastra, presidente y director de inversiones de Bestinver, destacó que «Bankia sería la mejor opción de cara a una posible fusión ya que ambas compañías sacarían provecho de las sinergias resultantes. De manera general, el mercado español se beneficiaría de más consolidaciones».

Fuentes financieras bien posicionadas consideran que una fusión entre Bankia y Banco Sabadell tiene sentido empresarial pero también político: «Sabadell debería hacer el siguiente gran ‘deal’ en España. Oliú tiene más de 70 años y no tiene un sucesor claro, y además es una persona que ha tenido una histórica buena relación con los socialistas, confesándose próximo al PSOE.

Y estando el PSOE en el Gobierno durante cuatro años, ahora podría haber una opción», asegura a este diario una fuente financiera bien posicionada. «Claro que a Oliú le gustaría una fusión pero mandando él. Yo creo que es muy difícil especialmente porque sería darle el banco público a una entidad bancaria catalana».

Otra opción es BBVA, que también suena como posible candidata a fusionarse con el banco público heredero de Caja Madrid, Bancaja y cinco entidades más. El problema del banco vasco es otro: tras absorber Catalunya Caixa (Caixa Catalunya, Tarragona y Manresa) y Unnim (Sabadell, Tarrasa y Manlleu), el grupo quedaría con una cuota de mercado que se acercaría o superaría el tercio del mismo. Tal vez demasiado para instituciones como la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que podrían obligar a desinvertir en la región.

«El deterioro del sector va a obligar a los que peor lo lleven a hacer movimientos, pero los personalismos son los que hacen inviables muchas veces las operaciones», dice un financiero. Figuras como Manuel Menéndez, presidente de Liberbank, se han mostrado claves para evitar la fusión con Unicaja al no aceptar la ecuación de canje con los malagueños. Lo mismo puede ocurrir en las familias que poseen Ibercaja.