ENERGÍA

El atasco de Teresa Ribera deja en el limbo 40 GWh, un tercio de la nueva capacidad de renovables

La falta de las declaraciones de impacto ambiental retasa la puesta en servicio de los proyectos a 2025

Los precios de la luz en España dispararán el beneficio de Acciona Energía por encima de los 600 millones

Teresa Ribera
Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica.

El atasco en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico que dirige Teresa Ribera para dar salida a las preceptivas Declaraciones de Impacto Ambiental (DIA) deja sin poder engancharse  a la red a decenas de instalaciones de energías renovables con una capacidad instalada de entre 30 y 40 GWh (gigavatios hora) según varias fuentes del sector. Eso supone la paralización efectiva de un tercio de los 114 Gwh de la capacidad instalada en España, incluida la hidroeléctrica. Aunque hay analistas del mercado que elevan ese cálculo hasta los 60 Gwh; que elevaría el atasco de la cartera de Teresa Ribera a más de la mitad de la capacidad instalada.

Según estas fuentes, «hay proyectos que han conseguido la Declaración de Impacto Ambiental en enero que llevaban entre dos y tres años de tramitación».

El ministerio encabezado por la vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera, lleva acumulados retrasos de proyectos que llevan hasta cinco años en tramitación. De tal modo que los proyectos que ahora se registran no podrán entrar en operación, al menos hasta 2025. “No sabemos a cuánto puede alcanzar realmente el impacto de la lentitud en las conexiones, lo veremos en unos meses”, indican los expertos.

Según la normativa del propio Ministerio encabezado por Teresa Ribera, las instalaciones deben contar con esa DIA para, primero, ser aprobados y, luego, poder engancharse a la red general. Sin embargo, el ‘boom’ de las renovables que vive el mercado español provocó tal aluvión de solicitudes que Transición Ecológica no pudo hacer frente a la demanda y amplió un mes el plazo de presentación de proyectos que finalizaba el 25 de enero pasado.

El motivo de implantar este requisito fue evitar que surgiera un mercado especulativo de proyectos y localizaciones. La idea del Ejecutivo era que, al implantar la exigencia de una Declaración de Impacto Ambiental, los proyectos que se presentaran serían sólidos y, fundamentalmente, serios. Pero, a la hora de la verdad, se ha convertido en una de las grandes incertidumbres de un sector que ha cerrado, en 2022, un ejercicio calificado de «histórico» por los expertos.

El año pasado, es calificado de «excepcional» por motivos como la guerra en Ucrania que generó la reducción de la oferta de gas y, con ella, el aumento en los precios de la electricidad. A eso hay que sumar los efectos de la fuerte inflación y la escasez de producción hidroeléctrica, con los embalses un 30% por debajo de los niveles de 2021.

Por si faltaba algo, el mercado de la energía ha debido hacer frente a «la mermada producción nuclear francesa, tradicional exportadora de electricidad» que, en 2022, cambió su rol a importadora. Todos estos elementos dieron lugar a un panorama de precios que, según los expertos, «es muy difícil que se vuelva a producir».

Obras e interconexión

Las renovables gozan de un predicamento que para sí quisieran otras actividades económicas. Las instalaciones son rentables pese al aumento de los costes de las plantas solares y eólicas. La subida del precio de la electricidad ha compensado con creces ese aumento de los costes.

Por el lado de los accionistas, la financiación ha crecido mucho, especialmente desde septiembre pasado. Las exigencias de descarbonización de las carteras crediticias marcadas por el Banco Central Europeo (BCE) hace que exista “un apetito muy grande de los bancos” por estos proyectos. Hasta el punto de que la banca, animada por los elevados precios de la electricidad, ha empezado a realizar financiación merchant (basada en la venta de energía a precios de mercado) de los proyectos en lugar de pedir -como hasta ahora- un PPA (Power Purchase Agreement); es decir, un acuerdo de compraventa firme con un consumidor de energía a largo plazo y a un precio prefijado.

El aluvión de solicitudes que ha colapsado el ministerio de Teresa Ribera, responsable de la política energética española ha hecho temer efectos similares en otras actividades clave para el desarrollo de las energías renovables. Para 2023, los analistas del mercado anticipan la moderación del precio de la electricidad; aunque esto no será obstáculo para que se aprueben nuevos y numerosos proyectos.

Ahora, la incertidumbre principal está en saber si el sector constructor español será capaz de responder al tirón de proyectos o si, como temen varios expertos consultados, los pequeños productores se verán relegados ante las demandas de las grandes operadoras. Algo que puede contribuir a que los costes y precios de la construcción sigan al alza.

Además, señalan, ante este aumento de la capacidad de generación de energía renovable, “hace falta acelerar la interconexión entre países”. En la actualidad, la capacidad de transferencia a Francia se sitúa en el 3% aunque los expertos resaltan la existencia de “varios proyectos de interconexión submarina como el que enlazará Guipúzcoa y Burdeos, que aumentarían la capacidad de transporte” actual.

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