Economía

El adiós definitivo a la peseta: los españoles se quedan con 1.575 millones de euros sin canjear

Pesetas
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El plazo para cambiar pesetas en el Banco de España ha concluido con un 3,2% del valor de los billetes y monedas en pesetas en circulación a 31 de diciembre de 2001 sin canjear, el equivalente a 1.575 millones de euros. De ellos, 793 millones corresponden a billetes y 782 millones a monedas en pesetas, lo que representa el 1,7% y el 31%, respectivamente, del importe en circulación en el momento de la introducción del euro.

Finalizado el período de canje el pasado 30 de junio, los ciudadanos han cambiado, por tanto, el 96,8% del importe de las pesetas sin canjear en diciembre de 2001, que ascendía a 48.750 millones de euros. El mayor volumen de pesetas se canjeó en los primeros seis meses desde la puesta en circulación del euro.

Hasta el 30 de junio de 2002, fecha en la que los billetes y monedas en pesetas se podían cambiar tanto en el Banco de España como en las entidades de crédito, se cambió el 94,5% del importe de las pesetas que circulaban a finales de 2001.

Historia de la peseta

Más de 7.000 días. Ese es el tiempo que han tenido los españoles para cajear las pesetas que tenían en sus manos tras la entrada del euro. El pasado 30 de junio, se terminaba el periodo para cambiar las pesetas sin canjear, lo que supone el adiós de una moneda histórica, de la que muchos no han querido despedirse, guardando el equivalente a 1.500 millones de euros que ahora sólo mantendrán su valor emocional.

El origen de la peseta se remonta a la Edad Media, aunque no fue hasta el 19 de octubre de 1868, cuando el Gobierno provisional instaurado tras el derrocamiento de Isabel II instauró la peseta como unidad monetaria. En julio de 1874 se emitieron los primeros billetes de 25, 50, 100, 500 y 1.000 pesetas. Su valor era muy elevado en aquella época, de forma que únicamente podían ser manejados por entidades bancarias. Sólo se emitieron dos millones de la primera serie.

La peseta se introdujo en nuestro vocabulario, en frases populares como «para ti la perra gorda», que tiene su origen en el anverso de la moneda de 10 céntimos en la que aparecía la figura de un león sosteniendo el escudo del país, pero la gente creyó que se trataba de un perro. Sin olvidarse de la moneda de 25 pesetas, con su característico agujero central, diferenciarlas de las antiguas monedas de 25 y 50 céntimos.

La vida de la peseta ha tenido un largo recorrido: ha sido moneda de curso legal durante 131 años, hasta 1999 cuando España entró en el euro, aunque siguieron en circulación hasta 2002, cuando la actual Reina de España, Leticia Ortiz, presentaba los programas para la adaptación y divulgación de la moneda europea.

En las últimas jornadas se vieron largas colas en el Banco de España, poniendo de manifiesto como los españoles seguían manteniendo pesetas en su poder, casi 20 años después de la entrada del euro. La cantidad media de canje de pesetas que han llevado a cabo los españoles es de unos 170 euros por persona, siendo el importe mucho mayor en el caso de billetes que en el de monedas.

Aunque para muchos fue ayer cuando la peseta dejo de utilizarse -muchos de ellos hoy en día siguen haciendo el calculo en la cabeza de cuanto les costarían las cosas en las «pesetas de entonces»-, más de 7,3 millones de personas que nacieron a partir del 2002 no han conocido esta moneda, que se ha despedido para siempre.

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