El azar ha querido que el Chelsea vuelva a cruzarse en el camino del Real Madrid en la Champions League. Por segundo año consecutivo, el duelo entre londinenses y madrileños se da en la máxima competición continental, en este caso en unos cuartos de final que pueden servir de revancha en caso de triunfo merengue ante el que es el vigente campeón de la Champions. El Chelsea es un equipo muy peligroso, si bien no se encuentra al nivel extraordinario que les sirvió para coronarse al término de la pasada temporada, aunque sus últimos partidos dejan entrever que llegarán a ese nivel máximo que les convierte en un rival tan peligroso como el que más.
Las estadísticas del Chelsea en los dos últimos meses son espléndidas e intimidatorias hacia el Real Madrid. La única derrota del equipo capitalino se produjo en la final de la Carabao Cup, ante el Liverpool, en un encuentro que en su tiempo reglamentario finalizó con empate y sólo en los penaltis los reds batieron a uno de sus grandes rivales. La tarjeta del Chelsea, en Premier League, dispone de cinco victorias consecutivas, a las que hay que sumar las dos en Champions League ante el Lille, otras dos en FA Cup ante rivales menores –Playmouth en la prórroga y Luton– y la conquista del Mundial de Clubes.
En jaque por Abramovich
Más allá de lo deportivo, el Chelsea se encuentra en pleno conflicto institucional debido a la vinculación de Roman Abramovich con el conflicto derivado de la invasión de Rusia a Ucrania y que ha provocado la subasta del club por la renuncia obligada del magnate ruso. El club debe pagar también las penalizaciones, entre ellas la más que probable posibilidad de que el choque de ida en Stanford Bridge se celebre a puerta cerrada, por la prohibición del Gobierno de Reino Unido de vender entradas y dar acceso a los abonados.
En la actualidad, los pupilos de Thomas Tuchel están muy alejados de la lucha por la Premier League. En estos momentos, el Chelsea es tercer clasificado a once puntos de la cabeza, copada por el Manchester City, y a 10 del segundo, el Liverpool, aunque con un partido menos que ambos. Esta situación puede ejercer de arma de doble filo, pero también podría llevar a reservar a sus principales estrellas –tienen encarrilado el pase a Champions– para la eliminatoria contra el Real Madrid.
Havertz, la nueva luz del Chelsea
El Chelsea se distingue por ser un bloque unido y un equipo muy difícil de penetrar en defensa, así como unido para robar y finalizar jugadas en ataque. Sin embargo, en las últimas semanas ha destacado sobremanera la figura de Kai Havertz, que ha liderado el ataque con una explosión anotadora que le otorga a su equipo cinco goles producidos –cuatro tantos y una asistencia– en los tres últimos compromisos de la Premier League.
En la presente edición de la Champions League, la trayectoria del Chelsea no es ni mucho menos impoluta. De hecho, clasificaron como segundos de grupo después de un inesperado pinchazo en el último encuentro de la fase de grupos ante el Zenit en San Petersburgo, que se sumaba a la derrota ante la Juventus en uno de sus dos duelos directos. Ya en octavos, los londinenses cumplieron con su cometido en la ida y en la vuelta, pese al gol inicial del Lille, que les puso contra las cuerdas, Pulisic y Azpilicueta aparecieron para darle la vuelta a la eliminatoria y sellar el pase a los cuartos de final, donde se medirán con el Real Madrid.
