Parece increíble al haber ganado dos títulos en 10 meses, pero sí. El Real Madrid se juega toda la temporada en las semifinales de la Liga Endesa contra el Barcelona apenas tres días después de caer con dureza en la final de la Euroliga ante el Panathinaikos. Chus Mateo, el patrón de un barco tocado, que no hundido, también depende de lo que suceda en esta serie de Clásicos que otorga una licencia para soñar por el título doméstico.
El Real Madrid es así y pese a haber conquistado ya la Supercopa y la Copa del Rey, el entrenador no tiene asegurada su continuidad en el banquillo de un equipo que este domingo dejó de ser el campeón de Europa. Su contrato expira el próximo 30 de junio y de momento sigue sin renovar en su segundo año como técnico del conjunto blanco. A Berlín llegaba prácticamente renovado, pero esta fatídica derrota frente a los de Ergin Ataman ha hecho que buena parte de su futuro dependa de lo que pase en los próximos días.
Después de una fase regular prácticamente inmaculada tanto en Liga ACB como en Euroliga, la imponente caída ante los de Atenas ha trastocado todo lo que parecía estar asegurado, que en el caso del Real Madrid suelen ser pocas cosas por esa influencia que tienen los resultados. Uno de esos aspectos que se daban por hechos era la continuidad de Chus Mateo, un técnico que en sus primeros 22 meses había logrado tres trofeos.
El más importante y el que le catapultó a situarse entre los mejores del mundo, fue la Euroliga conseguida en Kaunas el año pasado. Tan espectacular había sido la racha del Real Madrid a nivel europeo desde la consecución de la Undécima que parecía imposible que apareciera un rival capaz de derrotarle en su competición fetiche. Sin embargo, los jugadores de Panathinaikos rodeados de una afición en mayúsculas que se apiló en el Uber Arena para teñirlo de verde, lograron tumbar al rey y erigirse como una de las sensaciones de los últimos tiempos en esta Final Four.
La continuidad de Chus Mateo ya no se da por segura
Uno de los desencadenantes de esta derrota, inevitablemente al tratarse del Real Madrid, es que la continuidad de su entrenador está en entredicho. Hasta el punto de que a pesar del espectacular papel del equipo este curso la serie contra el Barça podría ser la única puerta para continuar al frente de una plantilla que apunta a renovarse en muchas de sus demarcaciones.
Esa es otra de las cuestiones que están encima de la mesa actualmente en el Real Madrid. Con la retirada de Rudy Fernández asegurada a final de temporada, la del Chacho Rodríguez cercana y la posible desbandada de jugadores de peso como Mario Hezonja o Vincent Poirier toca comprobar si será Chus Mateo el técnico que lleve a cabo junto a la directiva esa recomposición que se avecina en el club blanco.
Desde luego que por sus ganas no será. Así lo aseguró en su rueda de prensa concedida tras la final. «Hoy seguramente con mi cuerpo técnico, con mi mujer y mis hijos tomaré una cerveza porque al final en la vida yo también los tengo. Los voy a seguir teniendo, siempre están a mi lado. Lo demás… lo que venga vendrá», respondió al ser cuestionado por si esa cerveza que prometió beberse tras la semifinal ante Olympiacos se iba a repetir después de un resultado tan duro.