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Gran Premio de Italia de Fórmula 1

Verstappen gana la décima en casa de Ferrari: un genial Sainz acaba tercero y Alonso noveno

Max Verstappen volvió a imponer su ley Monza. El holandés hizo historia tras ganar la décima carrera consecutiva en un Gran Premio de Italia en el que Carlos Sainz sólo pudo resistir 15 vueltas al de Red Bull pese a realizar una lección de pilotaje. El madrileño acabó en tercera posición pese a que Ferrari dio la orden a Leclerc de atacar al compañero de quipo. Fernando Alonso acabó noveno sobre un trazado en el que su Aston Martin sufrió durante todo el fin de semana.

No pudo conseguir la victoria, pero el fin de semana de Carlos Sainz tiene su mérito. Su nombre no estará en los libros de historia del circuito de Monza como ganador en su edición de 2023 pero a los jefes de Ferrari seguro que les ha quedado claro que el piloto español tiene manos de sobra para ponerse al volante de uno de los coches con más pedigrí. El madrileño no ganó pero cuando delante tienes a un rival como Verstappen sólo el hecho de arrebatarle una pole ya es una victoria.

Después de marcar unos tiempos formidables en los libres del viernes y dominar la tercera sesión del sábado, Carlos Sainz fue el más rápido en la clasificación y se llevó una pole que se celebró como una victoria en casa de Ferrari. Su equipo ha comprendido que tiene un piloto de hechuras y la afición también sabe que tiene nuevo ídolo. Ganara el domingo o no. Se puede ser héroe sin subirse a lo más alto del podio. Que se lo pregunten a un Fernando Alonso que mientras espera a la 33 demuestra cada fin de semana que es uno de los mejores pilotos de la historia de la Fórmula 1. Lo que pasó el fin de semana pasado en Zandvoort es un claro ejemplo. En Monza tenía un reto aún mayor: remontar desde la décima posición en un circuito que casa poco con el Aston Martin. Era una afrenta imposible.

Fernando Alonso perdió una posición en una salida en la que Carlos Sainz resistió de forma sobresaliente ante Max Verstappen. El madrileño apretó los dientes y aguantó la presión del holandés que en la segunda vuelta estaba casi a un segundo del español. Era sólo el principio pero había salvado una papeleta importante. Por detrás del piloto de Red Bull estaba un Leclerc que podía colaborar en una jugada perfecta ante el campeón.