Ambos clubes han perdido competitividad por el reparto televisivo en España

La Superliga europea, la guerra de independencia de Barcelona y Madrid

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Messi intenta regatear a Varane en el último Clásico. (Getty)
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

La Superliga europea hace temblar los cimientos de las ligas nacionales. Los grandes clubes del Viejo Continente quieren llevar el negocio del fútbol a otra dimensión y en algunos casos, como ocurre en España, se han cansado de pagarle la fiesta a unos clubes pequeños que los han llevado a una situación económica límite como evidencia el Barcelona.

En su último discurso como presidente azulgrana, Josep María Bartomeu puso las cartas sobre la mesa anunciando que había firmado el proyecto para unirse a la Superliga Europea. El presidente acusó soterradamente a Javier Tebas y la Liga de ser en parte culpables de la delicada situación económica culé y razón no le faltaba. Porque desde que se aprobó la venta de los derechos televisivos de forma centralizada en 2015, los culés han dejado de cobrar grandísimas cantidades de dinero para entregárselas a otros equipos que no las generaban.

Visto en perspectiva, el Barça ingresó en 2009 por vender sus derechos televisivos 157,6, una década después ingresaron 166,5 en el mismo concepto. No hace falta ser un matemático para darse cuenta de dónde está el problema y la sangría de los culés. Mientras el fútbol se ha inflacionado en cuanto a salarios y traspasos, ellos han perdido competitividad porque sus ingresos apenas han aumentado en un mercado televisivo –que tiene un peso del 25% en las cuentas anuales– donde otros competidores de otras ligas como la Premier o la Serie A sí han visto crecer el músculo de sus grandes.

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Bartomeu y Florentino Pérez, en el palco del Camp Nou. (AFP)

El hecho es que en la temporada 2009/10, Barcelona y Real Madrid ingresaban el 47,9% de los 612,2 millones de euros que movían los derechos televisivos en España en aquel momento, una década después ingresan el 22,5% de los 1.420 millones que se mueven al año. El crecimiento en concepto televisivo para los dos grandes ha sido irrisorio –apenas 30 millones entre ambos en la década de Messi y Cristiano–, al tiempo que sus competidores acérrimos europeos han ido incrementando su músculo hasta dejarles atrás en la Champions League como demuestran las últimas temporadas. Para que se hagan una idea, el Madrid ingresó 155,3 millones por la temporada 2019/20 estando al mismo nivel que un club de media tabla de la Premier League como el Wolverhampton.

Tebas defiende que el reparto centralizado ha hecho que los ingresos por la venta televisiva se hayan incrementado exponencialmente en el fútbol español. Los datos, sin embargo, retratan al presidente de la patronal de clubes, que ha duplicado en una década el dinero que se recauda entre los 20 clubes de Primera División pasando de 612,2 a 1.240 millones. El castillo de naipes, sin embargo, se desmorona ante un sencillo dato. La Premier ya repartía hace una década 1.179 millones anualmente por la televisión y ahora esa cantidad se ha multiplica casi por 2,5 al recibir en la temporada 2019/20 la cifra de 2.671 millones. El reparto centralizado televisivo vendido como el maná sólo ha servido para que clubes pequeños –los que mantienen al presidente de la Liga en el poder– vivan como nuevos ricos, mientras que los grandes se enfrentan a situaciones insospechadas por su solidaridad.

El Real Madrid ingresa lo mismo en derechos televisivos que un club de media tabla de la Premier League como el Wolverhampton

Al Madrid le ha tocado idear un plan para no depender de los derechos televisivos en España y ese boceto tiene como pieza central la construcción de un nuevo Santiago Bernabéu que proyecta tantos o más ingresos anuales que lo que actualmente reciben de la Liga española por sus derechos televisivos. El Barcelona tenía la misma intención con el Espai Barça, pero los 1.000 millones de agujero que tienen en el club les va a obligar a demorar esa operación. Ahora muchos de ellos se acuerda de los casi 500 millones que han regalado los azulgrana con los derechos televisivos.

La Superliga como única forma de sobrevivir

La situación ha alcanzado un punto en que la Superliga Europea parece la única salida para que los clubes puedan mantener en pie sus inmensas estructuras. Llevan años advirtiendo a la UEFA para que modernizase una Champions League que si bien reparte buenas cantidades económicas, no recibe toda la atención necesaria a lo largo del año por la escasez de grandes partidos con las fases de grupos de la competición convertidas en un habitual paseo para los favoritos.

El problema tradicional de la Superliga era ponerse de acuerdo en los 18 equipos que iban a participar y él cómo de la cuestión. La pandemia del coronavirus, sin embargo, ha puesto las pilas a todos los grandes viéndose obligados a llegar a una solución de entendimiento para poner el proyecto en marcha cuanto antes con 5.000 millones de euros de apoyo de JP Morgan.

Los equipos ingleses, tradicionalmente reticentes a la Superliga, están impulsando ahora un movimiento imparable

La idea sería imposible de llevar a cabo en otro contexto, pero la UEFA y la FIFA viven una situación de guerra que podría desembocar en permitir esta competición enterrando la clásica Champions League. El presidente de la FIFA Gianni Infantino no ve con malos ojos la posible existencia de la Superliga, mientras esos clubes les rindan pleitesía en otros proyectos más panfutbolísticos que tiene en mente como un gran Mundial de Clubes.

UEFA Y FIFA
Aleksander Ceferin y Gianni Infantino. (Getty)

Los clubes ingleses, habitualmente los más reticentes a proyectos de Superligas, han empezado a cambiar su discurso con la entrada de capital extranjero en sus grandes equipos. De hecho, United y Liverpool –ambos con dueños norteamericanos– son los que han hablado con JP Morgan para conseguir la financiación inicial. El negocio es el negocio y una Superliga siempre dará más que una liga por mucho que se llama Premier League. Que se lo pregunten a la NFL o la NBA.

El fútbol se enfrenta a nuevos desafíos y a tiempos de cambio. Las ligas tradicionales como las habíamos conocido pueden terminar por cambiar. Ni Real Madrid ni Barcelona han dicho que el proyecto de la Superliga suponga su salida de la Liga española, aunque sí priorizarán en sus objetivos con miles de millones en juego. Ambos grandes necesitan el dinero para no quedarse atrás en un fútbol que no espera a nadie. Ya han perdido cinco años gracias a Tebas.

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