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Tenis: Wimbledon

Sinner consuma su venganza contra Alcaraz y se corona en Wimbledon

El italiano fue de menos a más y acabó reduciendo al murciano

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Hinca la rodilla Alcaraz, palabras mayores, rendido (6-4, 4-6, 4-6, 4-6) al imperturbable Sinner que se cobra en Wimbledon la venganza de Roland Garros. Se corona por primera vez en la Catedral abrazado a un servicio inquebrantable que terminar por fundir al murciano. Confirma el italiano la batalla por el trono del tenis tras otra guerra contra su archienemigo. De la tierra batida de París a la hierba de Londres, próxima parada la pista dura de Nueva York.

El duopolio del tenis hace tiempo que habla español e italiano, París fue el último escenario de su conversación. La capital francesa presenció la madre de todas las finales con Alcaraz imponiéndose al levantar tres bolas de partido sobre Sinner. Por más que ambos protagonistas se empeñaran, resultó imposible separar ambas finales. Tampoco el guion del partido, con un principio idéntico, colaboró a ello.

El inicio fue de tanteo, amigo del buen hacer al saque y enemigo de los intercambios largos, hasta que Sinner abrió la primera grieta en la coraza de Alcaraz con el break. Lo consiguió en el primer juego en el que elevó su tenis. De pronto el murciano ya iba en desventaja. La redujo Carlitos de inmediato, en su segundo intento y fue entonces cuando dio el paso adelante. Mejoró sus prestaciones al resto y en el ecuador del set le devolvió la rotura.

Consolidó la igualada con su saque y en apenas 20 minutos pasó del 2-4 al 5-4 y restar para llevarse la manga (6-4). Lo evitó Sinner al salvar la primera bola de set en su contra, pero a la segunda no pudo. El intercambio más largo del partido terminó con un paralelo del italiano al que Alcaraz respondió con un revés forzado al que no llegó Jannik. Set para un Carlitos que se llevó el dedo a la oreja, de las pocos veces que lo haría en todo el partido.

A Sinner se le vio durante el primer set más centrado en no cometer errores que en ganar los puntos. Algo más agarrotado, especialmente cuando Alcaraz le invitaba a subir a la red con sus dejadas marca de la casa. Al italiano le costó incluso iniciar la carrera, hasta en dos ocasiones se quedó clavado. Y no llegaba o se equivocaba en la toma de decisiones cuando conseguía arrancar sin que se le calasen las piernas.

Pero Sinner fue engrasando la maquinaria y en poco a poco empujando al murciano. Fue una final de estilos opuestos y en la que el italiano se disfrazó de Alcaraz. Primero estudió a su rival y luego golpeó sin preguntar. Le cogió el golpeo a la pelota y Carlitos le tocó ataviarse con el traje de defensor. De una lado a otro de la pista, del fondo a la red… Sinner le obligaba a multiplicarse aunque ni así pudiera paliar el empuje. Y el italiano adoptó prestaciones del murciano.

Apenas hace dejadas y este domingo las hizo, suele tener un juego agresivo y este domingo se mostró más paciente. Sorprendió al español hasta llevarlo a escenarios poco habituales para él. Levantó el set de desventaja y se llevó los tres siguientes un denominador común: elevar su ritmo al principio de cada manga. Consiguió un break en los primeros juegos de cada set y no soltó su servicio más. Aunque la mayor victoria de Sinner fue consigo mismo.

Los fantasmas de París sobrevolaron Londres en más de una ocasión. Pero los espantó el italiano con su versión más sólida. Este Sinner no es como el que claudicó aquella tarde. Consumó su victoria desde la redención personal, en la celebración no hubo ni rastro de rabia. Levantó los brazos y se fundió en un abrazo con Alcaraz. La derrota, la primera para el murciano en un Grand Slam, le servirá para ser un jugador todavía mejor.